Warhammer 40,000 (a partir de ahora WH40K o 40K) es una franquicia que pertenece a Games Workshop, que es básicamente la única empresa de éxito que queda en Gran Bretaña, lo que debe significar que proporcionan el 40% del empleo de toda la isla.
Esta empresa de vender moñecos de metal malo a precio de oro como si fuese (*inserte aquí su empresa de videojuegos favorita*) (*o más bien Sony, sí, es Sony, claro que es Sony*) lleva ya más de 40 años de éxitos, apoyados no solo en sus moñecos, sino también en novelas, series (tienen un canal propio, Warhammer Plus) y por supuestísimo, videojuegos.
¿Y cómo les ha ido con los videojuegos? Pues a ver, para Games Workshop eso funciona de la siguiente manera: «Usar nuestra IP cuesta X dinero. Páguelo y haga usted el juego que le salga del ñordo mientras respete LO MÁS GORDO de nuestro canon. Pero pague«.
Esto lleva a que todos los años salgan, sin exagerar, ocho o diez juegos ambientados en WH40K. Algunos un poco chustas, muchos simplemente cumplidores y, oiga usted, por supuesto, algunas maravillas.
Algunas de las maravillas warhammeras que nos han deleitado en los últimos cinco años son Mechanicus (excelente juego táctico por turnos, con una ambientación maravillosa y mecánicas novedosas), Boltgun (boomer shooter del que tenéis reseña en esta vuestra casa) o Rogue Trader (cRPG de los buenos buenos, hecho por Owlcat, los mismos del Pathfinder).
Space Marine 2 viene para unirse a ese elenco de maravillas, y seguramente haga esta franquicia más popular todavía. Porque es muy probable que estemos ante el GOTY de este año, y que sea un juego de los que crean nuevos fans de este universo.
¿Recordáis Space Marine? ¿El original de 2011? Puede que no, pero tuvo cierta fama y era un 7 sólido, de esos que con el tiempo se van recordando con más cariño hasta crear afición férrea. Además, era de Relic y producido por Sega (la Sega buena, la que produce / producía juegos de Rebellion, Relic o Creative Assembly). Este Space Marine era un muy solvente juego de acción, en el que acompañábamos al Capitán Titus de los Ultramarines durante una invasión Orka a un planeta del Imperio. Un agradable juego de disparar en la cara a hordas de enemigos, al menos hasta que se acercan lo suficiente como para darles hostias como panes.
Aunque este juego tuvo unas reseñas en prensa un tanto frías (con gloriosos momentos como aquel “es una copia de Gears of War” de cierto medio yanqui) se ganó buenas valoraciones del público, remachadas por un online competente tanto en el PvP como un muy agradable modo horda PvE.
Pues bueno, Sega y Relic se separaron, y de alguna forma la licencia de Space Marine acabó en manos de Saber Interactive, una empresa que era de Embracer hasta este mismo año, pero que ahora no es, vete a saber de quién es y qué más da, rollazos de esos de la industria. En fin, que este alegre estudio, conocido por hacer el remake del primer Halo para la Masterchief Edition, convertir el The Witcher 3 a Nintendo Switch (lo cual cuenta como BRUJERÍA) y hacer el exitoso World War Z de 2019 (un millón de copias vendidas el primer fin de semana) nos enseñó un bonito teaser de Space Marine 2 en el The Game Awards de 2021. La gente normal dijo “pos vale”, pero algunos gritamos alegres y meneamos los puñitos con la felicidad del pajer al que han dado una alegría.
Y al final salió este pasado día 9 del presente (*), y no sólo salió, sino que salió BUENO Y TÓ.
(*) septiembre de 2024
¿Cómo podemos definir este Space Marine 2? Bueno, a ver. ¿Habéis oido hablar de todos esos juegos que no son juegos sino “experiencias”? ¿Esos juegos con significado, con historias que “importan”? ¿Esos juegos que quieren “conectar” con el jugador?
Space Marine 2 saca el dedito de en medio de la mano a ese modelo y demuestra, una vez más, que puedes tener la historia más manida, tonta, antigua y repetida del mundo, que mientras el gameflus lo aguante, la calidad del juego no se resiente ni lo más mínimo. Ah, y viceversa no funciona igual de bien.
Space Marine 2 es un juego puro, honesto, sin adulterar. Un juego de HOSTIAS COMO PANES, de TIROS EN LA CARA, de violencia sangrienta, gratuita y cómica. A su vez, es un juego de Señores Marines Espaciales, que vienen a ser algo así como Templarios Cruzados Monásticos que hacen una Guerra Santa y Razonable contra todo mal que amenaza al Imperio de la Humanidad.
Y la historia del juego es eso: “Oh, pasan cosas, solucionemos todo con épica violencia, cada vez más épica y cada vez más violenta”. ¿Hace falta enterarse de algo para disfrutar el juego? NO. ¿Te vas a enterar de todo lo que pasa incluso sin tener la más mínima idea de WH40K? SÍ. Porque la historia es universal, fácil de entender. Sabrás incluso cuando pasa algo épico dentro del universo del juego aunque no te pueda importar menos, porque está representado así en tu cara, plof, toma épica a dos duros el kilo.
Pero como hemos dicho, no solo es que la historia sea facilona, es que está respaldada por un gameflus sin fisuras. En este juego no hay puzles. No hay que mover cajas para subir a sitios. No hay que llevar el objeto A al sitio B. Simplemente hay que ametrallar, cañonear, fostiar y pisotear todo bicho, ser o cosa que se nos ponga en medio.
Con unas mecánicas de parry generosas (hay como un segundo de ventana entre el aviso de ataque y darle al botón), acompañadas del movimiento de contraataque más satisfactorio de los últimos años (un jodido tiro en la jodida cara del jodido malo -con zoom dramático- que quita un montón de vida y da un GUSTIRRININ de los que hacen escuela) y un tempo en el cuerpo a cuerpo muy disfrutón, en el que ni siquiera hay que pulsar distintos botones, solo el de ataque (con más o menos tiempo presionado generas los cuatro combos necesarios para adaptarte a las hordas de enemigos o enemigos únicos). Está muy bien medido, porque entre montones de morralla intentando morderte, enemigos disparándote desde lejos, y enemigos más duros acechándote, tampoco está la cosa para ponerte a hacer florituras de 40 botones.
Y funciona. Como un relojito suizo. Los tiros y el combate llevan a hombros toda la campaña para un jugador sin despeinarse lo más mínimo. Ayuda que la campaña no es una campaña peñazo de 40K horas; serán unas ocho o nueve horitas como mucho, en las que no dejan de pasar cosas ni de ocurrir dramas que arreglaremos con dramáticas hostias.
Aparte están las misiones pensadas para jugar en cooperativo (seis ahora mismo, aunque prometen más) que ocurren en paralelo a la historia principal y cuentan más parte de la misma (no temáis, se pueden jugar con bots para enterarte de todo sin necesidad de interacción humana). Dicho cooperativo es la primera parte del online, junto al PvP. Aquí es donde desbloqueamos armas, mejoras y cositas estéticas para poner al marine guapetón. Podemos optar por jugar con diferentes dificultades que van poniendo la cosa peliaguda, en una suerte de mini Dark Tide o Vermintide (por seguir con juegos de Warhammer), que prometen mucha vidilla y entretenimiento. Amén de que Saber ya ha dicho que todos sus DLC de pago van a ser estéticos, y toda ampliación de mapas, niveles extra y modos de juego serán gratuitos, lo que siempre es BIEN.
La campaña principal también se puede jugar entera en cooperativo con dos amiguetes, aunque si no los tienes, y siendo lector de Gamerah es muy probable que no los tengas (porque ya se los habrás ofrecido como sacrificio a Cubitorah, que nos bendiga y no nos devore pronto), la IA hace un buen trabajo. No está de adorno, se pega con los malos, te resucita cuando es menester y te saca de algún que otro apurillo con buen criterio.
Helldivers 2 ya abrió el camino de la diversión pura, sana y honesta de este año. Pero, salvando las diferencias entre el único GaaS exitoso de Sony y el título que nos ocupa, Space Marine 2 cuenta con la ventaja de tener una campaña de un jugador muy agradable, combate cuerpo a cuerpo y ser parte de un universo ya conocido, lo que le pone un puntito por encima.
Nombrar también la brujería técnica que es. En Xbox SeX, el modo rendimiento va fluido incluso con las mayores hordas de enemigos mordiéndote la oreja y se ve realmente bien. Debe ser de los primeros juegos que parecen next gen de verdad. Es oscuro y a la vez, colorido. Es sucio, pero ves azul cielo Sega sin problemas. El detalle y la dirección de arte muestran una sensación de escala magnífica. Es bonito.
Y sin embargo, su mayor valor es que es un juego honesto. Es un juego que sabe a lo que va, que tiene claro lo que quiere hacer. Que no se va por peteneras. Aquí vienes por las hostias, los tiros, las cosas que explotan y se rompen muy fuerte. El guion tiene la honradez de ser como una película de propaganda bélica pero que no va a reclutar a nadie.
El GOTY (de momento, claro, aun queda) de este año lo es por guapo, jugón y HONRADO.
Sin tener ni idea del lore de WH40, siempre me han gustado los moñecos que venden y me produce ternura ver las foticos que suben los fans de WH40 cuando han terminado de pintar uno de esos grandotes. Tienen juegos de mesa tentadores, pero no me acerco ni con un palo que eso es peor que la heroína.
Muy bonica reseña, aqui dejo mi coment haber si sirve de algo
Maravillosa reseña. Tengo pendiente jugar la primera parte en mi tostadora PS3, pero lo poco que pude probar me gustó mucho (veo que en esta segunda parte han seguido la misma línea).
Apoyo absoluto a los juegos que van al grano y no duran 300 horas con 275 de relleno.
¿Cómo es que el juego no se llama cuarentena mil martillos de guerra y dos marines del espacio?
debemos mantener las tradiciones.