
El otro día tuve el honor de participar en el grupo de trabajo sobre videojuegos de cierta ciudad. Este grupo de trabajo, que podemos decir que tuvo un primer origen lejano allá por 2007, un segundo en 2017, y uno tercero y supongo que definitivo en 2024, es el que se encarga, en principio, de que las actividades relacionadas con los videojuegos en dicha ciudad lleguen a buen puerto.
El hecho curioso es que si cualquiera de vosotros entráis a una de esas reuniones, a duras penas podréis reconocer entre los asistentes a cualquier perfil que soláis asociar al mundo del videojuego. En la última reunión acudieron expertos en medicina, en inversión, catedráticos de universidad de todo tipo y forma, profesionales de la fisioterapia, académicos del audiovisual, gente de marketing de ingenierías y ya eso sí, algún desarrollador despistado y gente que tiene relación con las competiciones basadas en videojuegos.
En dicha reunión alguien usó una expresión que es uno de los mayores oximorones que he tenido el gusto de presenciar: «Hablamos de videojuegos no lúdicos».
Todo lo demás lo puedo entender, pero lo de videojuegos no lúdicos no. De hecho, de alguna manera puedo llegar a comprender el uso de lo que realmente quería decir, que son videojuegos serios. Un videojuego serio, o «Serious Game» en su acepción inglesa, es aquel cuyo uso final no es el del puro entretenimiento, sino una utilidad para adquirir habilidades, como el uso de una maquinaria concreta o conocimientos del tipo que sean, PERO —y he aquí la gracia de los juegos serios—, a través de la diversión y del propio juego. Como ejemplo que seguramente podáis entender se encuentra la sección Discovery de los últimos Assassins Creed decentes, en la que podemos, por ejemplo, disfrutar de una partida extra que nos muestra cómo era la vida en la época de los vikingos.
Y es que no os lo vais a creer: aunque para cada uno el concepto de diversión puede ser distinto o puede englobar distintas posibilidades (a algunos nos gusta la exploración, a otros el reto, a algunos el miedo, a otros el conseguir alcanzar metas realmente difíciles), una de las actividades que suele dar gustirritín al cerebro en forma de dopamina, endorfina u otros tipos de sustancias que si metemos en el cuerpo de manera artificial es posible que acaben llamando a la policía o a un médico es… aprender.
Y he dicho aprender y no estudiar, porque son cosas distintas. Nuestro cerebro disfruta mogollón aprendiendo, pero no se lo pasa nada bien teniendo que empollar una cantidad enorme de papeles mientras a nuestro alrededor la gente disfruta de actividades más divertidas. Por ello, para que ese aprendizaje sea más provechoso y queramos seguir adentrándonos en el conocimiento del tema que sea, existen los juegos serios, porque aunque al final aprendemos algo que puede ser considerado como «un tema serio», lo hacemos a través del juego y de la diversión. Y si no es así, alguien ha vendido como juego serio algo que no lo es.
Y esto nos lleva de nuevo al oximorón inicial: Videojuegos no lúdicos. No señor. Los videojuegos no lúdicos no existen. Los juegos que pueden no gustarte a tí, Joseluis, existen, pero si son videojuegos o juegos le acabarán gustando a algún subconjunto de la especie humana, porque no todos somos iguales. Pero en cualquier caso son divertidos. Existen obras audiovisuales interactivas que no tienen porqué ser divertidas (ahora mismo me vienen a la cabeza algunas de las obras que acompañaban al Phillips CD-i, el cacharro con los mejores juegos de Zelda y Mario de la historia), pero en ese caso no les llamaremos videojuegos o juegos, como no le llamamos videojuego a una lavadora por mucho que tenga botones y haga ruiditos.
Así que ya basta de demonizar el hecho de jugar, que es una actividad que no sólo realizamos los humanos sino que prácticamente cualquier especie con algo de inteligencia realiza en bastantes momentos de su vida, y que sirve para que la vida que llevamos discurra de la manera más interesante posible, además de ser un vehículo estupendo para el aprendizaje de todo tipo de conocimientos humanos y de las habilidades esenciales de un montón de especies.
La prueba de coordinación del psicotécnico para conducir es un videojuego no lúdico:
https://www.youtube.com/watch?v=c-7h-WA1mtU
Hablando de videojuegos, ¿cuándo vais a hablar del mío?
https://cirote3.itch.io/cirote3
Evidentemente, el autor de Cirote 3 tenía que ser lector de Gamerah.
Y oyente, que es peor.
Pues completa la trifecta y pásate a saludar por el discord de txoropitos: https://discord.gg/wtKKXNA
Que sepas que el juego se ha ganado el beneplácito de al menos uno (1) de los redactores.
Bueno, beneplácito es mucho decir. Creo que el selector de presencia de pedos en el juego no está lo bien calibrado que debería y que lo haría merecedor de una nota mucho más alta.
Gran ejemplo el Assassins Creed como videojuego no ludico.