Spellcaster

Master System, 1989

Cuando era pequeñito leía revistas de videojuegos. No había Internet, Cubitorah aún no nos había metido en su sagrado ano, y servidor se sorprendía con lo que la vida le ofrecía. Cuando Kane Tensen era pequeñito sus padres eran sencillos granjeros de las colinas rodantes del viejo Japón. Cada cual tiene lo suyo.

En una de esas revistas, leí que Spellcaster era “un juego mítico”. Tal vez viniera añadido por las palabras májico o épiko, no lo sé ni tampoco importa mucho. El caso es que el nombre se me quedó ahí, insertado en el cerebro. Spellcaster mola. Es como una palabra a conocer antes de Dreamcast, así que mola siempre.

Poco después, y ya en conversaciones en el colegio, vi que un compañero potentado le dejaba a otro un juego de Mega Drive llamado Mystic Defender. Seguramente no os suene mucho ni uno ni otro, pero uno de los dos chavales dijo “en este juego tiras kames como Goku”. Ya está, palabras mágicas para situar a un juego en el Olimpo de los videojuegos. “Tirar kames” en los 90 fue como “matar zombies” en los 2000 o “apedrear pijos” en los 40. 2040.

Tirar kames está bien, pero acabas de estos decorados hasta el gorro.

Ya después, gracias a la paciencia, internet, y algo de dinero, hemos podido jugar a ambos juegos. ¡Y sorpresa! ambos vienen de un manga del que no se sabe mucho por estas tierras: Spirit Warrior, o  孔雀王(o Kujaku Ō), un comic publicado por Sueisha entre el 85 y el 89, que ha aparecido en formato animado en el 88 y en el 94, y que además de los juegos citados anteriormente, Pony Canyon (maravilloso nombre) realizó para la pérfida Famicom juegos en forma de aventuras de menús al más puro estilo japonés, y en ese reverenciado pero poco exitoso ordenador llamado MSX.

A diferencia de los títulos de Pony Canyon, Spellcaster viene a ocupar, parcialmente, el hueco de buenos run&gun (juegos estilo Probotector o Gunstar Heroes, vamos) que tiene la Master System. Como otros juegos que “localizaron” para la 8 bits de SEGA de tierras niponas (Black Belt, Alex Kidd in High Tech World) el material original no importa un pimiento, así que nos olvidamos de Kujaku y damos la bienvenida a Kane, que es un nombre mucho más molón, faltaría más (sí, porque Kane Tensen cuando se convirtió en el lanzahechizos perdió el apellido). De hecho, las instrucciones del juego dicen “toma parte del más salvaje y aventurero juego jamás hecho” y seguro que tiene razón.

Vive una aventura segura. Viva una aventura… SEGA.

Así, servidor decidió hacerse ninja y Kane prefirió hacerse monje, pero de los que tiran rayos y demás. Kane recibe el encargo de su maestro Daikak de ir al templo de Enriku (sí, esto nos debería hacer gracia). Aunque al principio tenemos un pequeño menú de selección de opciones, y en otros momentos del juego pasa lo mismo, la gracia de Spellcaster está en el momento de pasar de esos pesados menús y ponernos a repartir magias a troche y moche.

Así, Kane se maneja de manera que parece un punto intermedio entre Kenseiden y Ghouls’n Ghosts. Con un botón lanzamos nuestras certeras bolas de energía (que se puede cargar para hacer… sí, un verdadero kame), y con el otro saltamos. Da igual lo que avance la civilización, con esos dos movimientos siempre podremos superar todas las dificultades. Un par de números arriba nos indican la vida y la energía mágica que tenemos en ese momento y vosotros diréis “la Master System ya no tiene más botones, ¿no?”. Pero os olvidáis de esos desarrolladores que, a su vez, se han olvidado que el botón de pausa para ser usado nos obliga a levantarnos de la silla y acercarnos a las bellas líneas de cualquiera de las consolas de SEGA de la época, a los cuales les parece bien que apretando dicho botón aparezca el sempiterno menú de pausa. Gracias a ese menú sabemos que arma esta usando Kane, porque todas, a efectos visuales, hacen lo mismo, y podemos seleccionar el hechizo que realizará Kane si mantenemos el botón de disparar apretado, y en vez de soltarlo apretamos posteriormente la dirección hacia abajo.

No hay color más bello que el azul Master System.

Las magias son variadas y posiblemente una de los detalles más novedosos del juego. Con Hakuji suelta un haz de energía, Indra convoca rayos, Fudo suelta una bola de fuego, Kannon devuelve a los nomuertos a su lugar, Hatten (aqui hay Tomatten) envía una línea que dicen que es un tornado, Mars te recupera la vida, Makiri te deja volar (lo que es muy guay) y Nobota te da invencibilidad un rato. Gracias a estas magias los enemigos de uno y otro tipo caerán con cierta facilidad pero claro, si las usamos con fruición, se nos agotará la energía rápidamente.

Los guardianes del uuuuniversooo, al triunfar el maaaaal.

Hablando de enemigos, hay que decir que el juego tiene cierta variedad y algo de mala leche. Por si no lo sabéis en el videojuego, como en todas las obras humanas, hay ciclos. Al principio se quería que todo fuese difícil, luego que todo fuese fácil, y después aparecieron los juegos de From Software para que, de repente, todo el mundo fuera aficionado a Kings Field. Spellcaster no es súper difícil, pero algo más que la media de su época.

Los enemigos más grandes acongojan un rato.

De lo que no tiene mucha variedad es en decorados. Vale que el juego tiene lugar en templos y los montes de alrededor, pero a veces da la impresión que estás siempre en la misma fase. Por suerte, conforme avanza el juego acabamos yendo a lugares diferentes (que si un pueblo, que si bajo del agua, que si una gruta, que si una fábrica, un barco de batalla, y otros lugares de finales de siglo XX) y los jefes con pinta de caballeros del zodiaco son siempre bien acogidos. Posteriormente, cuando nos enfrentamos a jefes más grandes el juego se rinde, el fondo desaparece y tan sólo estaremos en pantalla el enemigo y nosotros.

Sin duda no saleeeen a combatir, por un mundo ideaaaaal.

No nos podemos dejar la parte de los menuses. Gracias a este antideluviano sistema podemos engranar una historia relativamente compleja (y que tiene cierto paralelismo con la obra original) y en ocasiones, además de ver muertos, se llega a asemejar a un juego de rol del cretácico, con sus puntos de vida, sus magias, y su uso de ítems u otras posibilidades. Es algo pesado, pero por otro lado una vez empezamos a ver caballeros del zodiaco no podemos parar de jugar. Bueno, caballeros del zodiaco, dioses milenarios, naves espaciales, pirámides, trampas y mas trampas, roboces, giros de guión, y otras sorpresas que, si este juego hubiese salido en otras plataformas, le harían ser super famoso. Pero ya sabemos lo que pasó en los 80 y más tarde, con el americanismo recalcitrante que nos hizo pensar a todos que la NES era lo más chupiguay y que en otras tierras no hubo ni Spectrums, ni Commodores, ni Amstrads, ni mucho menos Master Systems.

Pegarse con dioses egipcios después de pelear con los japoneses parece una buena idea.

Para rematar la faena, la última fase es un sencillo matamarcianos, con la posibilidad de usar magias y todo lo que queráis. No hay enemigos normales, sólo jefes y un superjefe final.

Caaaballeros del zodiaaacooo, cuandoooo lanzan sus ataaaqueees.

Puede que Spellcaster no sea el mejor juego de la historia, y ni siquiera es el mejor juego de Master System. Pero es un juego que merece que la gente escriba algo de él, aunque sea porque ni siquiera SEGA respetó el nombre del protagonista en la secuela de Mega Drive (Joe Yamato). Pertenece a una generación de juegos (junto con Lord of the Sword, Cyborg Hunter y el anteriormente mencionado Kenseiden) que no han tenido ningún tipo de prensa, y que representan el tipo de juegos con los que SEGA, en 1988, intentó plantar cara al dominio de Nintendo. Tal vez no sean imprescindibles pero, sin duda alguna, son juegos con cierto encanto y personalidad que son interesantes para entender un poco de la historia de los videojuegos. Y en este caso en concreto tiene kames y caballeros del zodiaco, lo que le convierte en lo mejor que le puede pasar a un niño de los 80-90.

Kames: 7
Bonitez: 6
Hamor: 8
Traducción: 3

 

(Ninja)

Lo Ninja es seguero y valenciano. Vendría a ser una version ché de Joe Musashi, pero a diferencia del otro, sigue vivo y en activo.

6 comentarios

  1. Yo siempre vi más Master Systems alrededor que NES, así que artículos como éste, destinados a luchar contra el revisionismo nintendero, son más que agradecidos.

  2. El revisionismo nintenderista es lo que esta jodiendo a la industria. Spellcaster no estaba malote :)

  3. Nido infecto de segueros resentidos, vuelvo a sentirme como en casa. Además no se puede decir nada malo de kames en un juego.

  4. Interesante concepto, el revisionismo nintendero. Supongo que el momento dulce que viven hace reescribir muchas cosas. Lo amplío en el tuister

  5. *tras agradecer la sugerencia, Cubitorah se lo come y eructa como un bello canto gregoriano que parece decir "ay, qué grasia papasito"*

  6. No solamente tenemos revisionismo nintendero, sino que además tenemos revisionismo de textos. 2117 es un año maravilloso.

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