Hoy Pepe deja de lado la actualidad de los deportes para comentar algunos videojuegos de actualidad. Como siempre, lo último del mundillo, una vez al año en Gamerah.
Blue Prince y South of Midnight
He estado jugando a Blue Prince y a South of Midnight y he estado pensando en la diferencia entre ser profesional de una industria y ser un mero aficionado. El primero es profundo, extraño, intrincado; es el destilado de cuatro décadas de evolución del sector y de un intento de darle la vuelta a conceptos conocidos, ser creativo y ofrecer algo nuevo y excitante por parte de unos indies que se puede deducir que adoran y viven en esta cultura. El segundo es la quintaesencia de lo estándar; es un PeliJuegoDeLaSony hecho por Microsoft para engordar el Game Pass, con un nivel notable, a la par que mil veces visto, de mecánicas, gráficos, desarrollo, ritmo y soluciones. El primero no para de llevarse piropos hiperbólicos y, estoy seguro, premios cuando toque; el segundo sólo aparece nombrado en sitios absolutamente mainstream y se que resuelve el veredicto, en el mejor de los casos, con un condescendiente «está bien».
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Me gusta más el South of Midnight como, creo, le pasará al común de los mortales. Porque, a veces, te pones Kiss FM y te dejas llevar mientras que Radio 3 te aburre.
Animal Well
Había jugado el inicio del Animal Well y me había parecido muy prometedor, aunque el verme atrapado un par de veces me dio pereza. Hoy, con el apagón, sólo tenía Steam Deck de entretenimiento y he estado toda la tarde con él.
Es buenísimo. Metroidvania sin apenas pistas ni guía, de explorar de verdad; las mejoras son imaginativas, originales, nada de add-ons clásicos; el diseño de puzzles te desconcierta al principio y maravilla en las resoluciones: el descubrimiento progresivo del mundo va pegadito a un tempo bien medido; los retos plataformeros son buenos de cojones; el diseño, coherente, sensato, nada forzado ni con saltos absurdos de zona en zona sino muy gradual y, aún así, con localizaciones suficientemente diferenciadas; control preciso; cero turras, ce-ro.
A ver cómo avanzo (diría que ando por el 30% o así), pero va camino de 5 Pepes.
Janosik 2
Si, en el género de los metroidvanias, el Animal Well es una tortilla de patata deconstruida, acaparadora de elogios entre los más exquisitos y reputados críticos gastronómicos, un plato digno de hacer un viaje para probarlo, el Janosik 2 es el pincho de tortilla del bar del pueblo de tus abuelos. No recuerdo a nadie que haya hablado de él y ni una sola persona cambiará su recorrido para ir a probarlo. Ni siquiera sé si existe un Janosik 1 ni cómo terminó en mi Steam Deck. Por barato, imagino. Pero es honesto y muy divertido.
Aquí no se inventa nada. Pixelazo y a correr por entornos clásicos como mazmorras, castillos, bajo el agua, sobre la lava o pisando las nubes. Ninguna de las secciones de plataformas es nueva a tus ojos y ningún enemigo tiene un comportamiento que no hayas visto. Las mejoras vienen en forma de nuevos personajes que intercambias con un sólo botón, todo lo ágil que te imaginas, y no en forma de nuevas habilidades per se; el cambio jugable entre un modo y otro es cero, claro, pero la historia tiene un poco más de gracia así porque no es que añadas el doble salto es que el doble salto sólo lo puede hacer un protagonista y te van contando su movida. Po fueno, po fale, po malegro. El desarrollo es brutalmente lineal y tiene mucho más de plataformas que de metroidvania. Pero mucho, mucho más.
Donde destaca el juego es, sobre todo, en la comodidad y el respeto al jugador; los puntos de guardado hacen que cada reto sólo sea un minireto puntual, los final bosses son muy sencillos de descifrar, los niveles son abundantes y no muy largos… No te hace perder el tiempo ni te pega saltos de dificultad que te abruman. Encaja con el tono general del juego, que es recordarte que esto es divertido sin necesidad de inventar nada. Que te pides un botellín de cerveza para acompañar el pincho y sales del bar tan a gusto a seguir con tu vida.
muy bien