Mensaje navideño de Su Majestad Cubitorah

Queridos mongolos:

El ano 2018 (*) de la era moderna llega a su fin y se une a los otros 2017 anos en la pila de anos usados. Una pila que conforma una extraña mezcla de basura orgánica e inorgánica corroída por el oxígeno de la decepción y los sueños rotos, un criadero de tétano y gangrena no muy distinto a una Sega Tower. Me llena de asco y estupefacción que aún existáis como especie.

Pero no todo son buenas noticias. Las mezquindades y miserias de la industria continuaron como un picor que empieza en el culo y al día siguiente lo sientes en la axila (PUM el cáncer ha metastizado – búscalo en el diccionario). Hitos de la vergüenza incluyeron:

  • Nintendo mandando abogados en lugar de yakuzas con cuerdas de piano para asustar a unos nerds con una página de emulación. Les estará yendo muy bien con la Switch y los pokemans pero como que Nintendo está perdiendo ese toque especial que la hacía Nintendo. Mi buen amigo Yamma debe estar mirando hacia arriba y maldiciendo. El maricón de Iwata también.
  • ¿Unos nazis acusan a un nazi de ser nazi por no poner suficientes nazis en su juego nazi? O algo así. Bastante nazi todo
  • Rockstar compra los derechos de Brokeback Mountain y le sale un juego aburrido.
  • Unos franchutes resucitan Wonderboy.
  • Sega también da señales de resucitar, pero al final nada.

En Gamerah, y a escala local, el año que ahora acaba ha visto:

  • A unos degenerados coger una NES mini y violarla metiéndole juegos de Master System y Turbografx, alardeando de ello en el foro secreto mientras se recomiendan oscuros matamarcianos que nunca han visto la luz en ningún sistema digno (e.g., de Nintendo). Vírgenes que jamás han tocado teta, incluso el que tiene un crío.
  • A otros muertos de hambre empezar un podcast y dejarlo ahí a medio acabar, víctima de los caprichos de actores de voz que priorizan su vida personal y profesional antes del podcast que hacen gratis con unos tarados del internet. Patético todo.
  • El Gordo de Minessota es engañado en un mercadillo.

Sin embargo, animo a nuestros lectores a renovar sus pedidos del libro de Gamerah, «Gamerah: Una antología de mierda«, cuya publicación continúa viento en popa. He aquí una actualización de mi amiguín Parro, recientemente ascendido a director ejecutivo de la casa editorial portuguesa que se está encargando de la publicación y el único desgraciado de Gamerah que me cae bien.

Ante tal despropósito cabe preguntarse, ¿por qué continuar? Dos años fuera de mi ano, ¿y qué han conseguido las garrapatas gameriahnas aparte de 713 seguidores en Twitter? Un número impresionante, cierto, pero ¿vale la pena todo esto? ¿El mantener una página web y cuenta de Twitter, el pelearse con el WordPress, el escribir (algunos)? A las nuevas generaciones de mongolos (monguellials) les importa un carajo, están demasiado ocupados viendo videos de gente sacando juegos de cajas y mandándose nudes de snapchat en el facebook como para prestarle atención a unos viejos que se aferran a la ilusión de que fueron relevantes y graciosos hace 10 años. ¿Todo esto para seguir llamando mongolos a cada vez menos mongolos?

La respuesta es un rotundo sí. Mientras haya mongolos existirá Gamerah. Felices fiestas, y que os den por culo.

(*) 

7 comentarios

  1. Biban los anos y los mongolos.

  2. De los 713 y pedazo de usuarios. pareciese que 710 son bots o que los mierdenialls ya no enlazan dos palabras

  3. [quote]Nintendo mandando abogados en lugar de yakuzas con cuerdas de piano[/quote]

    Que lejos queda aquel tiempo en donde Nintendo mandaba a sus ninjas quemar almacenes en Móstoles. Con Yamauchi en el poder nada de medias tintas.

  4. Mongoleen, mongoleen, que aquí no ha pasado nada.

  5. Feliz ano!

    Quiero comprar a un amigo (no soy yo...) un libro de esos que sacan ahora de los juegos y chicas gamer que protestan, ¿debería esperarme a una nueva reedición de 'Una antología de mierda' o me dejo de soplapolleces y me lanzo a por 'El pequeño Nicolas'?

    • El nuestro está a punto de salir ya!

  6. Oh, malditos hijos de su madre, me llegaron al corazón
    Sentí vuestra ausencia cuando se fueron, y ahora que volvieron es menester expresar la algarabía del retorno
    Que correcto yo :D
    Saludos desde Argentina!

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