Gamerah Navideña: los juegos menos malos de la década

Cubitorah dispone sus tropas para desearos una radioactiva Navidad.

Queridos mongolos:

En su novela de 1942, La Séptima Cruz, la escritora alemana Anna Seghers trata con las repercusiones del escape de un prisionero político de un campo de concentración en la Alemania de los años 30. No es un spoiler contarles que los nazis son los malos. Seghers, de ascendencia judía y miembro del partido comunista, consiguió salir de Alemania antes de que todo se fuera a la mierda. Tras un tiempo en Francia llegó a México con el último manuscrito de su novela, una obra de claro corte político y personal que no obstante puede ser leída como una emocionante historia de improbable huída y acecho a un fugitivo en un entorno hostil.

Yo, debo admitir, esperaba un relato de corte procedural basado en heroicos investigadores policíacos dando caza a un enemigo del estado. Pero lo que Seghers me metió por el culo así softly softly sin que me diese cuenta («solo la puntita», como le susurró Lorca a Dalí) fue una historia llena de feels, una multitud de reflexiones y pequeños momentos entre gente normal que permiten vislumbrar, primero, la sociedad alemana antes de la Guerra y, segundo, verdades más profundas sobre la naturaleza humana. Un padre cuyo amor por su hija le da fuerzas para antagonizar a la Gestapo. Un investigador irritado por la violencia e incompetencia de sus colegas. Una esposa descolocada por el valor súbitamente mostrado por su tímido marido. Una chica, ya no tan joven, que tras una decepción amorosa se da cuenta de que

«Me he convertido en una persona como las demás. Ya nada me importa en particular.»

Cuánta razón, Anna Seghers, cuánta razón. Tú también debes de haberte forjado en los campos de exterminio de los foros de videojuegos de finales de los noventa/principios de los dosmiles.

Ya sabes cómo es, uno es una joven lagartija en la Cuenca Pacífica que apenas ha sido un poco irradiada y todavía está llena de sueños y cree que el océano no está lleno de mongolos. Pero entonces tu amigo Ghidorah va y dice pues el Fatal Fury es mejor que el Street Fighter 2 y le respondes PERO QUE DICES MAMÓN, PERO QUÉ MAMÓN ERES, PERO ES QUE MAMÓN MAMÓN así en mayúsculas y ganas la discusión pero sientes que una parte de ti ha sido mancillada en el proceso. E igual cuando tu amigo Rodan dice que el Streets of Rage es mejor que el Final Fight y directamente le dices FELICIDADES MAMÓN HAS ESTABLECIDO UN NUEVO RECORD DE MAMONISMO o tu amigo Destoroyah, que en verdad no es tu amigo pero tiene la Neo Geo, dice que el Golden Axe «no está mal». ¿No está mal? ¿NO ESTÁ MAL, MAMÓN?

Pones a todos en su sitio, y sales a la superficie y reduces Tokyo a cenizas radioactivas, pero cada vez te importa menos, cada vez te parece menos urgente corregir al mongolo de turno. ¿Para qué? No cambiará de opinión, y por cada mongolo que aniquiles salen diez más. Así que empiezas a dejar pasar ciertas cosas, particularmente una vez que tu amiga Mothrah recibe su dosis de radiación de la pubertad y le salen unas mamellas gigantes y te deja tocarlas y luego más cuando vais a su casa a estudiar para la selectividad. A nadie que folla con cierta frecuencia le importan una mierda los videojuegos. O cualquier otra cosa.

Anna Seghers debe de haber follado un montón para vislumbrar esa verdad tan profunda

Pero toda regla contiene su excepción, y de tanto en tanto sucede algo de tal nivel de mongolismo que incluso la lagartija radioactiva mejor follada siente el irrefenable impulso de llamar mongolo a un mongolo. A veces tantas cosas mongolas pasan en un período de tiempo determinado que el universo requiere que alguien de autoridad grite al viento: ¡¡MONGOLOS!! ¡¡MONGOLOS!! para evitar que la entropía acelere irremediablemente y la existencia cierre el garito antes de tiempo.

Ese alguien soy yo, Cubitorah.

El período de tiempo determinado es el año 2019 en particular y la última década en general.

Los mongolos sois vosotros.

Tengo que ir a cagar. Os dejo con los mongolos de Gamerah, mis mongolos, explicando qué juegos de los últimos 10 años se salvan de la quema.

Felices fiestas, y que os den por culo.


Red Dead Redemption 1 y 2 (Redención Roja Muerta 1 y 2)

Elegido por Kete

Aburridos, largos e innecesarios.

Pillad un paquete familiar de pan de molde. 26 rebanadas gruesas Bimbo 770g. Meteos una en la boca y pensad que os quedan 25 mas, sin agua. Que ahora está bueno y que eso llena el buche como para no necesitar gastar nada mas en comida en todo el mes, pero que a medida que pasen los días se va a ir poniendo seco, duro, incluso verde. Y que no se acaba nunca.

Eso fueron los RDR. El antivideojuego por una excelencia puesta al servicio del mayor de los hastíos. ¿Qué cojones me importa a mi como vivía un cowboy en el lejano oeste? Joder, si quisiera saberlo TANTO como tú crees que quiero igual no tendría una puta Playstation.

Aun así, hemos venido aquí a hablar bien de algunos juegos, por lo que me veo en la obligación de defender sus virtudes.

  1. No se entiende la segunda década del siglo sin RDR y su impacto en el mercado. Que su online ande desierto y que la mayoría de los que lo empezamos no lo terminásemos, no impide necesariamente que estemos hablando de la que probablemente sea la superproducción más cuidada que hayamos podido ver en una PS4.
  2. El primero es del 2010 y el segundo del 2018. Y si eso no es motivo suficiente como para meterlos en un ranking de juegos de la década yo ya es que me bajo de este puto mundo.
  3. Hicieron un motor gráfico especial o algo así como tecnológico para que el bamboleo de la huevada de los caballos fuese lo mas parecido a la realidad. Como si alguien con dos dedos de frente se hubiera puesto nunca detrás de un caballo a mirarle las pelotas para comparar.
  4. Al poner 2 juegos del tirón parece que estén trabajando más que el resto.

En definitiva. ¿Buenos juegos? Eeeeerr… sí, venga va. Sí.

Al final los diálogos y las misiones son de Rockstar y eso no es algo fácil de empañar. Pero si de verdad eres capaz de gozarla parda con un simulador de vida en el que tienes que estar pendiente de mogollón de tonterías que ni son videojuego ni son nada, hazte un favor y barre un poco anda, que vienen fiestas y cualquier día se te presenta la mamá en casa con un par de tupperwares que sobraron en nochebuena.


Tetris 99 (Cuatro 99)

Elegido por Narg

En Gamerah odiamos los Battle Royale, se llamen PUBG o se llamen Fortnite. Y los odiamos porque somos unos carcas, los años pasan factura y no tenemos los mismos reflejos que antes. No tenemos ningún millenial en plantilla, salvo atari baby. Y bueno, El Alcalde, que es millenial porque tiene mil años.

Así que de ese género nos quedamos con el Tetris 99, por ser un concepto prácticamente perfecto puesto al día para el competitivo (multitudinario) con una profundidad jugable inacabable, entre combos de dos, tres o cuatro filas centradas o laterales, T-Spin simples, dobles o triples, back to back y demás estrategias lo convierten en el arcade definitivo. De hecho no pago el online, porque si lo hiciera no jugaría a otra cosa.


The Legend of Zelda: Breath of the Wild (Zelda Aliento Campestre)

Elegido por el Gordo de Minnesota

Siento que somos tan mongolos que si no incluyo el Zelda Aliento Campestre nadie lo va a hacer. Los segueros, porque son unos ratas. Los nintenderos pensando que ya alguien más lo incluirá. Los PCeros porque están demasiado ocupados evangelizando (¿sabéis cómo adivinar si alguien es pcero? No hace falta, os lo contará).

El Zelda Aliento Campestre es Nintendo poniendo la polla sobre la mesa. PLAF. Es Nintendo poniendo la polla sobre la mesa y mirando a los ojos a los comensales. Es Nintendo diciendo «disculpen» y caminando hacia el piano con la polla todavía fuera del pantalón y empezando a tocar Dino Band Rehearsal. Con la polla.

¿Queríais un open world? PLAF pollón en toda la boca. ¿Queríais algo en colaboración con los habilidosos y modernos chicos de Monolith? Bueno, los hemos puesto a rebajar los tiempos de carga. ¿Queríais una historia apasionante con temas «adultos» (tetas y sangre)? Que os den por culo, si queréis un buena historia leed un libro, aquí se viene a jugar, y jugar en este caso jugar es explorar. Debo de haberle metido 200 horas y apenas me he cargado a dos de los cinco jefes. Es un juego de mirar qué hay abajo de una piedra, de buscar una flor, de subir una colina y descansar apreciando la vista y pensando adónde dirigirte a continuación. Es el juego menos malo de la década.


Godus (Diosus)

Elegido por Strike

Ha sido la década de los teléfonos “inteligentes”, phablets y tablets. La democratización del videojuego, llegando a las masas y abandonando el cuarto oscuro que huele a ganchitos y pajas en el que estaba encerrado.

También ha sido la década del micro mecenazgo, para bien o para mal. Peter Molyneux y 22cans supieron ver esta tendencia y distribuyeron este F2P tanto para plataformas móviles como para ordenadores.

El juego es básicamente Populous traído al siglo XXI, con pagos insertados en medio de la partida para avanzar más rápido (otra tendencia odiosa de esta década). Eres su Dios y los guías a través de pruebas, moldeado del terreno, generación y recogida de fe para poder realizar actos mayores y competencia con otras tribus a las que hay que saquear, robar e invadir su terreno.

Básicamente mandas colonos judíos a ocupar la Franja de Gaza y Cisjordania, mejorando el terreno con cultivos y regadíos nuevos, explotando los recursos de una tierra que no es tuya. Pero, eh, que lo manda Dios.

Tal como apareció y su comunidad creció… murió, gracias a otra tendencia de esta década que dejamos atrás: las actualizaciones de contenido y corrección de errores, dejando a miles de jugadores sin poder acceder a su partida. Y cuando por fin pudieron acceder habiendo perdido la obra que habían realizado en pos de su Señor: Peter Molyneux.

Aún así bien vale echarle unas horas de juego si dispones de Steam, Android o un dispositivo Apple que acepte apps de 32 bits.


Kirby: Planet Robobot (Kirby: el Robobot del Plaplaneta)

Elegido por atari baby

Esta foto de Instagram de la estrella del pop chilena Javiera Mena me hizo recordar cual fue mi juego favorito de la última década, Kirby: Planet Robobot. A lo largo de sus múltiples aventuras, Kirby se ha enfrentado a varios tipos de amenazas más o menos indescriptibles, más o menos abstractas: El mago Nightmare en Kirby’s Adventure, lo que sea Zero en Dream Land 3, o lo que sea Zero 2 en The Crystal Shards. Pero el enemigo de este Planet Robobot es muy muy real. Encarnado en la Corporación interestelar Haltmann, encabezada por su presidente Max Profitt Haltmann, el enemigo de Kirby: Planet Robobot no es otro que el neoliberalismo más atroz.

Bajo su aspecto edulcorado, Planet Robobot esconde una trágica historia familiar con elementos distópicos. En este juego, el único héroe capaz de acabar con la ursurpación de los recursos naturales del planeta Popstar a manos de la Corporación Haltmann es Kirby. Pero Kirby no es un manifestante cualquiera, Kirby no es un CDR, y mucho menos Kirby es gent de pau. Kirby es el ángel exterminador. 

«Ni dieu ni maître.» Shinya Kumazaki, HAL Laboratory

Pocos juegos de acción te hacen sentir como una fuerza de la naturaleza. Intocable, todopoderoso, eterno. Destructor y redentor. Los mejores de Platinum, cuando están inspirados. Los mejores de Treasure, cuando aún estaban en activo. Kirby: Planet Robobot es uno de esos juegos. Kirby arrolla a las fuerzas mecanizadas del Imperio. A esos Waddle Dees deshumanizados. A las estructuras del capital. La naturaleza, se abre camino a 60fps en tu Nintendo 3DS.


HomeRun Challenge (El Reto de Correr a Casa)

Elegido por falkenmaier

HomeRun Challenge se compraba porque era barato, se jugaba porque era rápido, se entendía porque era básico, se disfrutaba porque era preciso y lo dejabas porque dos minutos más, eran mil segundos menos.


GTA V. Más moderno que GTA VI.

Esto se mea en el 99% de los juegos de 2019.

Elegido por El Alcalde.

Jajaja, Narg. El chistecito del millenial. Jajaja. Míralo ahí, con su pelito de beatle y esa cara de no haber roto un plato en la convención de la NRA 2012. Las tira cruzadas ¿eh? Jajaja. Ja. Está muy feo reírse de los mayores. Quizá tiene un pase si tienes 18 por aquello de enfrentarse al sistema antes de que el sistema te diga hola qué tal, toma esta colleja. Pero si tienes los huevos más negros que la conciencia de Jan, pues es un poco como una pelea de abuelos, divertida hasta la primera fractura de cadera.

GTA V es ese abuelo que no solo no se fractura nada, sino que es capaz de ejecutar una patada voladora más que aceptable a pesar de tener más años que un bosque. 115 millones de copias vendidas desde 2013, solo por detrás de Minecraft y Tetris y a años luz de las nintenderadas. Claro que está feo defender un título solo con las ventas, pero algo tendrá el agua cuando la bendicen (una chispa de vodka, generalmente, si el bendecidor se muestra especialmente efusivo durante la ceremonia)

Entrando en innecesarios detalles podemos hablar de las cosas que han hecho eterno este título. Un modo historia tronchante, con unos personajes cargados de carisma y un desarrollo argumental que esquiva la sempiterna excesiva duración de estos títulos con variedad, misiones bien diseñadas y tomándose a chufla a sí mismo, cosas que la gran esperanza blanca de Rockstar para sucederle (RDR2) olvidó por el camino (un camino largo, aburrido y con alguna que otra ardilla)

También podemos hablar del manual de cómo hacer un online solvente a machamartillo. Con un nivel de contenido absolutamente delirante, constantemente actualizado, gratuito y que los rumores dicen que ha aportado unos 500 millones de beneficios a Rockstar en microtransacciones, cosa que en Gamerah nos parece bien ya que somos unos cerdos capitalistas que consideramos a Adam Smith un rojo peligroso cuando habla de «bienestar social» y de «manos invisibles» que no sabes cómo pero siempre acaban en tu viejo y terso culo.

Por todo ello, señoría, puedo declarar a GTA V el juego menos malo de la década, obviando el sonrojante detalle de que es el único título que he comprado dos veces en mi vida (si exceptuamos el de «príncipe de un pequeño país africano» que adquirí a un apurado tipo por internet, que ya he pagado un par de veces y sigo sin recibir).

Así que poca risa con los viejos, Narg.

2 comentarios

  1. Se perdona la no inclusión de Mario Galaxy 2 porque aún no se detalla un análisis preciso del mismo. El zelda menos zelda ...eleccion del gordo pffff

  2. Sabes que iba a escoger el Mario Galaxy 2 pero pensé que no me necesitaba, como un padre que sabe instintivamente que su hijo mayor siempre se las arreglará, pero que el pequeño necesita más apoyo.

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