Blue Shadow (Kage)

(US: Shadow of the Ninja / JP: Kage)
Natsume, 1990-1991
(Nintendo Entertainment System)

La sombra de Ryu Hayabusa es alargada
Quizás Blue Shadow no os suene de nada. Sin ser una rareza, no es uno de los juegos más recordados de la NES. En 1990, cuando Natsume lo lanzó en Japón, la chavalada ya estaba gozando con los 8 bits adicionales de Super Famicom y Genesis, por lo que pasó relativamente desapercibido. Y la misma historia ocurrió en Estados Unidos y Europa al año siguiente.

Pero, probablemente, quien más daño haya hecho a este juego haya sido Ryu Hayabusa. Ese Shadow Warriors con sus interludios cinemáticos, sus recargadas visuales, su apoteósica banda sonora y su leyenda de dificultad infernal. La memoria colectiva es un pueblo demasiado pequeño para dos ninjas, y el bueno de Ryu cercenó las posibilidades de Hayate con los dientes de sierra de su katana 8bit.

Y quizás esté bien que Hayate y Kaede no hayan acabado siendo nuestros ninjas de cabecera, pero eso no quiere decir que este Blue Shadow no sea un juego condenadamente bueno.

Ninja Hall of Fame. Ninguno sale en este juego.

Correr a Garuda a kusarigamazos
Hablamos de una época en la que contar una historia que dé contexto a un juego de acción se considera un lujo prescindible. Salvando preciadas excepciones, nos colocan en medio de la movida sin más explicación y con el único objetivo de disparar / golpear / pisar a unos bichos muy feos. No es que el ser humano se caracterice por necesitar una excusa para la violencia, pero siempre era de agradecer cuando algún diseñador trasnochado se inventaba una historia incoherente y la incluía en el manual, o algún desarrollador ocioso introducía un par de dibujos pixelados antes de empezar el juego.

Aquí nos cuentan, en un prólogo que consiste en un par de imágenes y cuatro líneas de texto, que estamos en el futuro y un tipo aparentemente muy malo llamado Garuda se ha apoderado del mundo. Inferimos de la conjunción del ceño fruncido y la sonrisa desencajada que lo quiere para hacer cosas malas, y no que sea un filántropo paternalista que quiere poner orden porque sabe mejor que nosotros lo que nos conviene. La cuestión es que la última esperanza para detenerlo son dos ninjas del clan Iga, Hayate y Kaede.

No es la más original ni elaborada de las historias, pero si en algún momento, en alguna fase en la que te veas rodeado de ninjas y francotiradores, con shurikens y balas volando hacia ti, pausas el juego y te preguntas el porqué de tanta muerte y destrucción, siempre puedes encontrar confort en la convicción de que hay que cargarse a ese hijo de puta de Garuda.

Garuda será todo lo malvado que queráis, pero con él las Torres Gemelas seguirían en pie.

Ninjas sin sombras
El juego empieza con la pantalla de selección de personaje, en la que nos permite elegir entre los dos ninjas protagonistas, Hayate y Kaede, que viene a ser como preguntarnos si nos gusta más el azul o el rojo (o si estamos tan solos que jugar con un personaje femenino es lo más cerca que estamos del sexo) puesto que no existe ninguna diferencia en cuanto a su control o habilidades y sólo les distingue el color del traje y algún otro mínimo cambio en el diseño.

La aventura está dividida en 5 fases, cada una de ellas subdividida en 3 o 4 niveles, en los que tendremos que avanzar lateralmente e ir cargándonos a los enemigos que se crucen en nuestro camino a base de espadazos, intercalando algo de plataformeo. De tanto en cuando aparece un mini jefe y, al final de la fase, el jefazo al que hay que cargarse a base de aprenderse sus rutinas. Es el planteamiento clásico de los juegos de acción en 2D, véase Contra o Castlevania, por no volver a nombrar a Shadow Warriors, y Blue Shadow no aportará ninguna novedad destacable.

En el apartado armamentístico, empezaremos con una katana de las baratas que nos será útil únicamente para el cuerpo a cuerpo, y para la que podremos ir encontrando mejoras que alargarán mínimamente el alcance. También podremos encontrar una especie de cadena con punta en el extremo (llamada kusarigama) que será ideal para el largo alcance pero deficiente en el corto. No podremos llevar ambas a la vez sino que se intercambiarán cuando nos las vayamos encontrando por los niveles, por lo que parte de la estrategia será saber si nos conviene más quedarnos con la que tenemos o cambiar a la encontrada. También podremos encontrar shurikens, que actuarán como proyectiles y tendrán un número limitado, tras el cual volveremos al arma que tuviéramos anteriormente.

Sólo un ninja puede dejar colgado a un ninja.

Comentábamos antes que Shadow Warriors no solo forjó la leyenda de la espada del Dragón, sino también una reputación de juego rematadamente difícil. Hablamos de una época en la que las limitaciones del hardware hacían que la duración de los juegos fuera bastante escasa y hubiera que alargarlos artificialmente con un aumento de la dificultad. Había quien sabía hacerlo con maestría y convertir una sección difícil en un adictivo reto a superar, y quien te presentaba una frustrante pesadilla de penalizaciones injustas. Blue Shadow es un juego difícil, pero no frustrante. En una jugada perfecta probablemente pudieras acabar el juego en menos de una hora, pero al humano medio le costará bastantes más, gracias a su buen diseño de niveles que te harán morir una y otra vez, y volver a intentarlo con una Coca-Cola y una sonrisa. También ayuda el disponer de una sola vida (¡qué realista!) y 5 continues (eso ya no… bueno, quizás para los budistas).

Gráficamente, sin ser espectacular, cumple con creces y está en la media del aspecto de los juegos de NES de su hornada. Los escenarios son el típico ambiente futurista de estructuras de plataformas robóticas, complejos industriales, ciudades medio en ruinas y grutas caqui pocho infestadas de insectos. Los enemigos tienen cierta variedad, o al menos no sufren de abuso de reutilización, y en general tienen bastante buen diseño, con algunos jefes de nivel bastante chulos.

Los controles son fáciles e intuitivos y responden a la perfección. Los movimientos son bastante estándar; digamos que para ser ninjas no son especialmente ágiles, aunque tienen un movimiento que es colgarse de plataformas y poder desplazarse lateralmente o volver a subir haciendo una voltereta, que es muy divertido y está muy bien utilizado.

Una de las características más interesantes de Blue Shadow es su modo cooperativo, que permite jugar a dos personas simultáneamente. En un juego de desplazamiento lateral, este modo siempre es una papeleta difícil y aquí, incluso con las limitaciones obvias de no poder avanzar hasta que ambos jugadores estén parejos, se consigue resolver de forma muy solvente y dando lugar a un modo muy divertido.

Y si en el aspecto gráfico decíamos que el juego no destaca, en la banda sonora no podemos decir lo mismo. Varios temazos de cañero y pegadizo chiptune puramente japonés que te suben la adrenalina y aumentan la tensión de encabezar un golpe de estado ninja.

– Hayate… ¿me amas?
– Sabes que no puedo, Kaede… me rijo por el código de los ninjas
– Yo también
– ¡Pos a follar!

Hayabusa, toma 5 euros y tráeme un bocata
En definitiva, Blue Shadow es un juego continuista dentro de su género, en cuanto a planteamiento, ejecución y presentación. Para zanjar la comparativa con Shadow Warriors: ¿Se parecen? Sí, se parece tanto a Shadow Warriors como a cualquier otro juego de acción-plataformas en 2D de la época. ¿Es mejor que Shadow Warriors? Joder, no. El juego de Tecmo es una puta obra maestra. El de Natsume no apunta tan alto pero todo lo que hace lo hace bien, y a pesar de pisar sobre terreno conocido, consigue un balance perfecto en todas sus facetas y acaba siendo un juego muy sólido y divertido.

Los niveles están bien diseñados, los enemigos son variados y la dificultad está en el punto justo de dureza sin resultar frustrante. Sus gráficos no se imprimirán en tu memoria como un Rembrandt, pero sus musiquitas te tendrán tarareando durante días. Y, joder, que siempre mola ser un ninja.
¿Por cierto, qué pasó con los ninjas? ¡Reivindiquemos a los ninjas!

Especificaciones técnicas
Emperadores Malvados:
Filo de katana: Afilado
Futuro distópico:
Civilización en peligro:
Dulce amor ninja: No
Robots asesinos:
Mascota ayudante: No

Total: 0,79 (no es un total)

Your friendly neighborhood videogame reviewer.

4 comentarios

  1. Este no lo conocia, pero podria hablar largo y tendido sobre shadow warriors (Ninja Gaiden).

  2. Por fin algo de revisionismo en esta casa.

  3. En mi caso fui de esos que optó por el camino del ninja de ryu hayabusa pero pase años contemplando con recelo la pequeña reseña de este "blue shadow" que traia aquel carismático catálogo que nintendo había publicado denjuegos de nes y que tanto gustaba de ojear de pequeño. Cuando los emuladores pervirtieron mi juicio pude comprobar que este juego tenía más de Kabuki Quantum Fighter que de Ninja Gaiden, cosa que no le resta un apice de las ganas que le tuve en su dia. Espero que la vida adulta me permita en algun momento adquirirlo en la futura consola virtual de Switch y jugarlo cual mamello desnutrido durante una tarde de domingo.

  4. GRACIAS por recordar esta maravilla de juego. Para mi era al revés: Ninja Gaiden era un segundo plato. Blue Shadow siempre estará en mi altar de juegos de Ninjas.

    Me tomo la licencia de destacar 3 cosas que creo que no salen en el texto (igual se me han pasado, si es así disculpas):

    > La música de la INTRO para mi es la mejor que recuerdo en un juego de NES y casi de lo que vino después. La banda sonora en general está a un altísimo nivel. Ahí ahí en mi corazoncito con lo que ha parido Yuzo Kushiro.
    > Si todo el rato recoges la misma arma, esta se va potenciando y su alcance va aumentando, lo que es clave en el juego.
    > La mecánica de gancho plataformero es TREMENDA.

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