Conozco a Shin-chan desde que, hace un montón de años, una revista de videojuegos (la Superjuegos, concretamente) habló de un personaje que servía de hilo conductor a una especie de crítica a la sociedad contemporánea nipona. Poco después llegó a tierras españolas, y todo el mundo hablaba del niño que enseñaba el culo y decía «culet culet» o «trompa trompa», así que le cogí un poco de tirria y no le hice demasiado caso.
No tenía, y eso que leía la Gamerah, ni idea de la existencia de una saga de juegos nipona para la Sony que se llama «Boku no Natsuyasumi» (algo así como «Mis vacaciones de verano») hasta que en una conversación casual con Pablo «Pantallapartida» Algaba la sacó a colación, poco antes o poco después de robarle la 3DS un tiempo para poder pasarme el «Attack of the Friday Monsters! A Tokyo Tale» (o lo que es lo mismo, «El ataque de los monstruos del viernes, un cuento de Tokio»), un juego del que espero hablar otro día y que me gustó tanto que acabé comprándomelo a mí mismo en las ofertas esas del final de la eShop de la 3DS.
Tanto «Mis vacaciones de verano», el «Ataque de los monstruos del viernes, un cuento de Tokyo» como el anterior juego de Shin-chan («Shin-chan: mi verano con el profesor —La semana infinita—») están dirigidos por la misma persona, Kaz Ayabe, con cuya empresa, Millenium Kitchen, han sacado casi a la vez un juego parecido al de la Sony sin la Sony («Natsu mon! 20 Seiki no natsuyasumi», o «¡Vacaciones de verano! Vacaciones de verano del siglo XX»).
Curiosamente este juego no lo han hecho ni Kaz Ayabe ni Millenium Kitchen, pero han estado por ahí dando seriedad al asunto. Cuentan los mentideros que en esta ocasión se han encargado los trabajadores de Neos Corporation, que ya estuvieron en el anterior juego de Shin-chan pero que ahora tienen más protagonismo. Han dicho que se han encargado de dar un gran giro de timón para que el juego ahora esté lleno de acción. Por lo que a mi respecta hay tanta diferencia como del FIFA 12 al FIFA 13, pero si a ellos les hace ilusión les decimos que sí, que tampoco pasa nada y así van a ser más felices.
Centrándonos ya en Nevado en Carbónpolis, este es un juego parecido a toda la retahíla de juegos de los que hace diez años no había leído nadie nada en todo occidente, pero ahora parece que si no has jugado a los cuatro «Mis Vacaciones de Verano» es como si te hubieras saltado los siete primeros «Como un Dragón». Personalmente agradezco mucho jugar a estos juegos, y más en verano. También pueden ser una buena herramienta en el caso de que te quieras dormir y no tengas sueño, o que tengas una vida estresante y necesites calmarte. Que no todo va a ser los «Inexplorados» («Uncharted»).
Así, durante el juego manejamos a Shin-chan, que curiosamente se desplaza más rápido cuando hace su movimiento de trompa trompa, y vamos realizando diferentes misiones propias de un niño que se aburre en verano en su pueblo: que si encuentra una chicharra, que si vete a hablar con el vecino, que si me traes unos rábanos. El ritmo es propio de una serie de televisión; poco a poco el juego va avanzando hagas lo que hagas, ya que por la noche te obligan a ir a dormir y al día siguiente te meten un poco de historia. En uno de esos viajes nuestro perro vuelve algo manchado, y eso quiere decir que ha encontrado un lugar más imaginario de lo normal. Allí las misiones serán un poco más tensas, pero nada que pueda hacer subir la calificación por edades.
Todo ello con un aspecto gráfico que diríamos que quita el hipo si fuera a algo de velocidad, pero como no es así diremos que es muy agradable, y que es incluso más avanzado como serie de animación que la propia serie de animación. Decorados que mezclan elementos en dos y tres dimensiones (o a base de polígonos texturizados y a base de dibujos con mapas de bits, para ser más técnicos), y un sistema de cámaras fijas que provocan la sensación de que estemos viendo un episodio de Shin-chan, algo que os podría confirmar si hubiera visto alguna vez esa serie algo más que de manera casual.
En resumen, la mayoría de la gente os dirá que es un buen juego si os gusta el personaje, pero a mí el personaje no me gusta lo más mínimo y en cambio me gusta el juego. Ideal para gente estresada o que quiere relajarse con un jueguito de vez en cuando.
Es precioso visualmente. Impacta sobretodo en movimiento, parece concebido como una extensión del cómic y los anime.