Una de las ventajas de escribir desde 2117 es que en lo referente a temas históricos hay muy pocas posibilidades de equivocarse. A menos que se sea muy cínico o un maligno revisionista nintendero (o ambas, pues no son elementos excluyentes precisamente) uno puede ponerse a escribir sobre hechos históricos de manera razonablemente tranquila. De ahí que esta semana nos haya dado por rememorar la entrañable efeméride del 15 de febrero de 2019 que daría inicio a algunos de los cambios más radicales de todo el siglo XXI.
Resulta fascinante comprobar la manera en la que ciertos patrones suelen repetirse a la hora de iniciar conflictos bélicos. A diferencia de lo que pueda parecer en un principio, algunas de las mayores victorias militares (y muchas de las más estrepitosas derrotas) han sido provocadas por pequeños detalles, en apariencia insustanciales, pero finalmente decisivos para el devenir de la historia. Desde el célebre «Bah, creo yo que habrán captado el mensaje a estas alturas» de Aníbal en las cercanías de Roma durante la Segunda Guerra Púnica al no menos célebre «no hay cojones a invadir Rusia» de Heinrich Himmler a Adolf Hitler durante aquella nochebuena de 1940 bien regada por Gewürztraminer de alta graduación. Una situación muy semejante sería la que se produjo en las primitivas redes sociales durante aquella madrugada de 2019.
Hagamos un poco de historia: aquella noche se producía la jornada inaugural del EVO Japan 2019, una simple competición de juegos de lucha nacida en Estados Unidos y cuya versión nipona estrenaba segunda edición. Como era costumbre en aquellos tiempos se solía aprovechar un evento con altas audiencias para realizar presentaciones, noticias y promociones sobre los productos allí mostrados via la plataforma Twitch. Dio la casualidad que, durante una de estas presentaciones promocionales (se dice que correspondía a la última entrega de Dead Or Alive, franquicia pedestre y algo camp que había logrado cierta fama entre los aficionados por su apología del bamboleo mamellar) dos de las modelos invitadas al evento decidieron salirse un poco del guión y comprobar si la mencionada oscilación mamaria femenina se había reproducido de modo realista, usando sus propios atributos como modelo de referencia.
the fgc gettin spicy at evo japan pic.twitter.com/KBZm7Qat3b
— Rod Breslau (@Slasher) February 15, 2019
Perogrulladas. Japoneses haciendo japonesadas, pensaría cualquier persona cabal.
Sin embargo, eso no fue lo que pensaron Joey Cuellar y Mark Julio, organizadores del EVO original y representantes de la marca, quienes notablemente azorados por tamaña exhibición de movimientos de lorza optaron por interrumpir la transmisión a nivel mundial. Unos minutos más tarde, unos avergonzadísimos Cuellar y Julio justificaban su acción via Twitter alegando que aquellos actos no tenían nada que ver ni con su torneo ni con las esencias de lo que era la comunidad de jugadores de juegos de lucha a nivel mundial. Todo esto no deja de ser una banalidad más fruto de la irracionalidad que jamás merecería la más mínima reseña histórica si no fuese por un pequeño detalle:
Aquella noche, el camarada Vladimir Vladimirovich Putin se levantó a evacuar el vientre de madrugada. Mientras descargaba en la lujosa taza de WC construida con los huesos pulidos de sus rivales políticos le dio por echar una ojeada a Twitch. Quizás sus hijos habían terminado de recrear el Museo Hermitage en Minecraft. Se encontró con el citado espectáculo, pensó durante dos minutos y a continuación usó el mismo móvil para llamar a camarada Serguei Shougú.
Cinco años más tarde, un analista de la CIA alertaba sobre extraños movimientos de suministros, munición y equipo militar por el norte de Groenlandia. Su informe fue tomado a broma por sus superiores. ¿Quién demonios iba a estar interesado en ese cubo de hielo que es Groenlandia?. El analista de la CIA fue destinado a Alaska por orden de la Administración Iger después de encontrar unos twits suyos del 2015 en los que alegaba que le gustaban más las entregas de Star Wars dirigidas por George Lucas que las nuevas.
A partir de aquí, todos sabemos lo que pasó en aquel junio de 2030, en el que la audacia y el ascopena se conjuntaron en una de las maniobras bélicas más osadas de nuestra historia. El Ejército Ruso lanzó una ofensiva desde la citada Groenlandia entrando por Maine y ni la Guardia Nacional ni los Marines fueron capaces de detener el imparable avance. Esta nueva estrategia de guerra que sería conocida como la Voyna Tupykh (Война тупых) se inspiraba en las tácticas de Julio César al conquistar Britania. Si el romano ordenaba a las legiones que atacasen a media tarde cuando los indígenas cesaban su actividad para tomar el té, el Camarada Putin tenía unas órdenes más viscerales. Las divisiones del ejército ruso estaban compuestas en su totalidad por jóvenes patriotas de voluminosos senos al aire y turgentes caderas apenas embutidas en pantalones cortos. La visión de ese muro de Hijas de la Madre Patria avanzando en disciplinadas filas provocaba el pánico irracional entre la soldadesca estadounidense, incapaz de hacer otra cosa que soltar sus inmaculados rifles y salir corriendo o acurrucarse para sacar el móvil y mostrar su indignación por Twitter. La campaña fue corta y dio algunos momentos memorables que hoy en día aún se estudian en las academias militares. Quizás el escenario más famoso sea el de la Masacre del Puente de Brooklin. Las tropas locales alcanzaron tal grado de paroxismo confuso al tener reconocidos en 2030 más de 55 géneros sexuales distintos que acabaron disparándose entre ellos antes siquiera de que las fuerzas rusas estuviesen a la vista.
Para el mes de diciembre todo Estados Unidos ya estaba ocupado y 2031 se recuerda como el primer año en el que las Campanadas de Año Nuevo fueron tocadas bajo la bandera de la Hoz y el Martillo. De manera inesperada la estrategia de la Voyna Tupykh fue de difícil puesta en práctica en las sucesivas campañas que se emprenderían por todo el globo. El intento de 2034 por invadir la vecina República Popular China fue un sonoro fracaso fruto de la falta de previsión. Los generales rusos no tuvieron en cuenta las sucesivas políticas chinas de natalidad y herencia que generaron una proporción de diez varones por cada mujer, por lo que la citada invasión propiciaría algunos momentos de confraternización entre tropas muy superiores a los vistos durante las navidades de 1914 en el frente occidental de la Gran Guerra y un sonado aumento de la natalidad. Todos aquellos estudiosos también recordarán el infame Domingo Azul de principios de febrero de 2032 durante el cual, para dar ejemplo de bravura, fueron ejecutados en España más de 1000 políticos de diversos estamentos mediante el método del garrote vil por haber pronunciado en algún momento la expresión «españoles y españolas». Aquellos que quieran informarse más pueden acceder a los abundantes documentos visuales almacenados durante el suceso, con cada ejecución comentada por el octogenario director de la Academia de la Lengua Pérez Reverte.
Finalmente debemos recordar que, si bien todos estos acontecimientos influirían enormemente en el orden mundial durante las siguientes décadas, vistos desde la perspectiva histórica no deja de ser un pequeño movimiento de los muchos que servirían para encauzar todas las corrientes globales hacia las Guerras Mundiales III, IV y Zero (La Precuela), donde sí intervendría armamento nuclear y la intervención de la República Popular de Corea del Norte tendría una gran influencia…
A mi también me gustan más mas precuelas que las nuevas de Star Wars :$
De la saga principal. Rogue One y Solo están guays.
Genial