
Allá por el año 2004 poca gente sabía lo que eran los juegos independientes (aunque a efectos prácticos llevaba la cosa en marcha desde el año 1999 gracias a los IGF), pero teníamos, entre otros, un medio llamado Túnel de Juegos (Game Tunnel) que, aunque acabó bastante mal (vamos, que ya no existe), sí que nos servía de cierta ventana para traernos lo poco que había entonces en videojuegos independientes.
Gracias a Túnel de Juegos, por ejemplo, tuve la suerte de poder conocer en su día cosas como Gish (el primer juego conocido de Edmund McMillen, posteriormente creador de Super Niño de Carne –Super Meat Boy– y Vinculante de Isaac –Binding of Isaac-) y este Ornitorrinco (Platypus) que estamos comentando años después.
Curiosamente, cuando Túnel de Juegos habló en su momento de Ornitorrinco no era la versión original, aparecida en disco compacto en algunos territorios (definitivamente no en España), sino de una versión que lanzó la extinta Retro64 de una manera que en la actualidad no se puede recuperar de manera legal. Posteriormente, la cara visible de su creación (Anthony Flack) recuperó los derechos y sacó primero una versión para Steam, que se puede jugar aún en la actualidad, y hace muy poco ha hecho una versión mejorada.
Así que nos toca hablar de Ornitorrinco Rearcillado (Platypus Reclayed). Siendo Anthony Flack un neozelandés no deberíamos considerar a Ornitorrinco como un euroshmup, pero de alguna manera es un euroshmup, pero un buen euroshmup, o al menos un juego disfrutable.
Lo primero que veremos (y esto ha pasado en todos los Ornitorrinco, pero en este en concreto se ve mejor) es un apartado visual muy agradable, todo realizado y animado con plastilina, lo que le da mucha personalidad y atractivo. De hecho, y esto es lo segundo, tiene un apartado sonoro que de vez en cuando tarareo… desde el año 2004. Así que sin duda alguna hay algo a los que agarrarse para que te guste este juego, al menos de inicio.

Cuando lo jugamos nos encontramos con que es un matamarcianos que se maneja relativamente bien (recuerda bastante a Ordinario –Ordyne-, el cute’m up de Namco) y ofrece los suficientes retos y atractivos para entretener a alguien que le guste el género (como soy yo mismo), pero es difícil que alguien que se acerque a este juego esperando un rival de éxitos actuales se quede atrapado entre sus bits. Incluso juegos con sistemas clásicos, como puede ser Terrenal (Earthion), son más atractivos hoy en día que este Ornitorrinco Rearcillado (Platypus Reclayed). Sigue siendo un buen matamarcianos, a pesar de que al no ser de origen japonés ni desarrollado en la etapa dorada del género posiblemente será ignorado por los jugadores más conservadores del género, como le pasa a otro gran juego como es Cohetes y Pistolas (Jet’s n Guns, algo más moderno en sus mecánicas y más euroshmup que el juego que nos acompaña).
Como puntos positivos podemos encontrar la buena cantidad de armas que podremos usar a lo largo de la partida, o el hecho de que los enemigos se vayan desconchando conforme les alcancen nuestros disparos, que es una manera bastante diegética de ver la vida del rival sin tener que fijarnos en barras o numeritos; y como punto negativo el hecho de que cada «nivel» (que es como se llaman las partes grandes del juego) esté dividido en «áreas», y si no superamos todas las áreas del nivel al morir volvemos a empezar… desde el principio del nivel. El juego es corto y conforme jugamos encontraremos estrategias para superar todas las áreas de un nivel, pero de alguna manera se siente antiguo, tal vez porque el número de áreas por nivel es elevado, y lo «old school» de volver a empezar desde el principio del nivel. Al final son cuatro áreas, así que realmente el juego no es muy largo. Podrían haber hecho un Ornitorrinco 1+2 Rearcillado, pero entiendo que si han tenido que volver a hacer los materiales de 0 con plastelina, pues se ha quedado la cosa así.
Ornitorrinco Rearcillado, como ya le pasó al original en su momento, no es uno de esos juegos que sea recordado salvo que seas Anthony Flack, y posiblemente lo merezca dentro de su humildad. Es un buen matamarcianos, se te queda en el cerebro y se puede disfrutar a dos jugadores. Este «rearcillado» es una excelente excusa para que se le de cierto bombo, pero semanas después del lanzamiento dudamos que esto vaya a suceder. En cualquier caso desde Gamerah apoyamos este tipo de iniciativas y animamos a Anthony a que siga con sus creaciones.



Juegos hechos con plastilina da para un podcast, eh? Por qué tanta insistencia? Es un conspiración de PlayDoh para dominar el mundo? Ha salido alguno realmente bueno en el que no haya que destacar que está hecho con plastilina?