Queridos mongolos:
Quiero dedicar mis primeras palabras en esta Navidad a las víctimas del incendio del Pub Berlín. ¿Qué se puede decir cuando una ocasión a priori tan feliz como una fiesta tiki acaba en tragedia? ¿Qué decirle a la madre del Jonathan, al padre de la Jenny, a los abuelos del Miguelón más allá de «los caminos de la Selección Natural son inescrutables»? A veces, condena a la extinción a especies que llevan el tipo equivocado de bacteria intestinal. Otras veces, reúne a todos los canis de 80 km a la redonda en un pub sin ventilación o salidas de incendios. Ante una pérdida de vidas de tal nivel, el único confort posible es que eran vidas de muy poco valor.
Quisiera ahora hacer una excepción respecto a otros años, e invitar a que se me una un amigo muy querido en este mensaje navideño.
Dr. Rubirosa Jr., gracias por acompañarme hoy.
RUBIROSA: Muchas gracias por la invitación, querido Cubitorah. Cualquier excusa es buena para hablar de nuestra querida Gamerah. Este año 2022 ha sido interesante.
CUBITORAH: En efecto. Fue un año en el que, seamos sinceros, el Casimuertismo hizo grandes avances.
RUBIROSA: El Casimuertismo…
CUBITORAH: Eres un cientifico, querido Rubirosa. Tienes un doctorado y todo.
RUBIROSA: Sí, pero no obligo a todo el mundo a llamarme doctor, solo a mis amigos.
CUBITORAH: Un doctor humilde.
RUBIROSA: Mi humildad es tal vez mi mayor cualidad.
CUBITROAH: Una verdadera rara avis. Pero háblanos del Casimuertismo. Me comentabas entre bastidores que tus investigaciones han llegado a una conclusión espectacular.
RUBIROSA: Ciertamente. El Casimuertismo ha existido desde que el mundo es mundo. De hecho, desde mucho antes. Un error común entre nuestros mongolos es pensar en el Casimuertismo como un ente individual, con existencia física, como La Homosexualidad…
CUBITORAH: Oh sí, La Homosexualidad. Vaya maricón.
RUBIROSA: … pero el Casimuertismo no es un alguien, ni siquiera es un algo, es un qué, es una propiedad intrínseca del universo, una ley universal. Hoy puedo revelar, querido Cubitorah, el resultado de mis detalladas investigaciones científicas: el Casimuertismo no es nada más y nada menos que la mismísima entropía. No se puede luchar contra la entropía más de lo que se puede luchar contra la ley de la gravitación universal.
CUBITORAH: Te refieres, sin duda, a la teoría de la relatividad general de Einstein.
RUBIROSA: ¿Quién? No, me refiero a la teoría de Newton. El tío de la manzana. No se puede luchar contra esa ley, y no se puede luchar contra el Casimuertismo.
CUBITORAH: Ni siquiera yo estoy por encima de las leyes de la termodinámica… pero es posible, tal vez, combatir la entropía / Casimuertismo a nivel local.
RUBIROSA: Correcto como siempre, mi querido Cubitorah. El Casimuertismo al final conquista todo. La entropía, el desorden en el universo, en general, SIEMPRE aumenta. Este proceso no puede ser revertido en el universo como un todo.
CUBITORAH: La flecha del tiempo apunta en una sola dirección.
RUBIROSA: Correcto una vez más. ¿Seguro que no eres físico?
CUBITORAH: Una vez me metí un físico por el culo, si eso cuenta.
*CUBITORAH Y RUBIROSA se rien*
RUBIROSA: Cuenta. A pequeñas escalas es posible, durante un breve período, aumentar el orden en nuestro vecindario local. La celda de Narg y Falkenmaier tiende a ser una pocilga, pero el día de la inspección del alcaide se molestan en ordenarla.
CUBITORAH: ¿Quién duerme en la litera de arriba?
RUBIROSA: Los dos.
CUBITORAH: Mis queridos mongolos, la manera tradicional en Gamerah de combatir el Casimuertismo es escribiendo mongoladas. Es un esfuerzo futil pero heroico. Mis mongolos no pierden el tiempo jugando los juegos para reseñarlos. ¿Para qué? Su opinión no va a cambiar. Pero escribir toma tiempo e inspiración. Ergo el glacial ratio de publicación y avance inexorable del Casimuertismo. Ergo también el triunfo que representa cada reseña o feature. Incluso la FLASHNOTE más muerta de hambre toma un par de prompts al ChatGPTA. Este delicado balance ha sido ahora perturbado por Gamerah de Noche, el podcast de la Gamerah. Gamerah de Noche es publicado religiosamente todas las semanas, excepto en vacaciones o cuando no se publica. Ha habido dos anfitriones, uno gordo, otro calvo, ambos autistas. Un mongolo tiene un ukulele. Otro mongolo se empeña en hablar de videojuegos. Gamerah de noche no tiene mayor guion que 4 o 5 tarados hablando del Elden Ring, a veces de la Soni. Es, sin lugar a dudas, el mejor podcast de la interweb.
RUBIROSA: Sin lugar a dudas.
CUBITORAH: Obviamente nunca lo he escuchado, ni ningún otro podcast.
RUBIROSA: No, yo tampoco. Pero lo es. Supongo. Y podría ser aún mejor, si tan solo los realizadores no fuesen tan orgullosos, tan cabezotas, de no pedirme encabezar la sección Rubirosa Pregunta.
CUBITORAH: Cuéntanos mas.
RUBIROSAH: Rubirosa Pregunta sería una sección que combina la más rabiosa actualidad con una rigurosa perspectiva histórica, una especie de diálogo socrático renderizado en tiempo real con las figuras más importantes de la industria a 60 fps. Habría también música, no el matado del ukulele, músicos de verdad, y vedettes tipo las chicas Tutti Frutti. Ya tengo precontratos con las 25 empleadas más guapas del Club D’Angelos. ¿Quién dice que el periodismo de investigación no puede ser sexy también?
CUBITORAH: ¿Pero cómo se verían a las vedettes en un podcast? No hay vídeo.
RUBIROSA: Las vedettes son para mi, no para el público.
*redoble de tambor*
CUBITORAH (mirando a la cámara): Y con esto, me temo, este episodio de Cubitorah Pregunta llega a su fin. Un aplauso para nuestra nuestra banda, Las Tetas de Judas, otro para nuestra maravillosa tropa de vedettes, Las Cubichatis, y por encima de todo uno para nuestro invitado especial, ¡el Dr. Rubirosa Jr.! ¿Doctor, unas palabras de despedida?
RUBIROSA: Gamerah no es un podcast.
CUBITORAH: ¡Gamerah no es un podcast! Felices fiestas, y que os den por culo.
Cada intento de establecer un sistema ordenado genera más caos que orden, por lo que hay que abrazar el caos sin más como parte inevitable del todo.
Por eso hay un juego que se llama Sonic Chaos, ahí lo explican todo muy bien.
Viva Gamerah y viva SEGA.