Hay un análisis muy gracioso en Gamerah que decía algo así como: «Imagínate que estás esperando el autobús varias horas y de repente llegan ocho seguidos». Se refería a algún Metroide, pero en mi caso se aplica a la saga Yakuza.
Desde el 2011 hasta el 2015, en Europa nos tiramos cuatro años sin un Yakuza, pero desde que salió el Yakuza 0 (2017) no han parado de llegarnos año sí, año también. Tras acabar la sexta entrega, servidor, que como Kazuma Kiryu no está para muchos trotes ya, consideró que ya era suficiente. Que les podían dar a Kamurocho, a las mafias niponas y a toda esa tropa. Así que cuando salió Juicio (Judgment en países angloparlantes, Judge Eyes en Japón) me pasó lo mismo que cuando salió Como un Dragón (Like a Dragon): los iba a jugar Perry (el comandante).
Años después, mi vida se encontraba vacía. No podía entrar en los Pronto o en los 7-Eleven, ni en la vida real (pandemia) ni en la virtual (saturación). Como seguía sin poder acercarme a tierras niponas, decidí darle una oportunidad a Juicio… y la verdad, fue una sabia decisión.
Y es que a pesar de que repite un esquema muy similar a la saga actualmente conocida como «Como un Dragón», incluso compartiendo escenario, Juicio es un juego bastante diferente, y que Kazuma no me lo tenga en cuenta, incluso mejor en unos cuantos aspectos.
Lo primero es que, a pesar de que el actor que interpreta al protagonista de Juicio está para menos trotes que yo, su alter ego virtual es ágil y se maneja muy bien, tanto por las diferentes ciudades que visita como, sobre todo, durante el combate. Y es que Takayuki Yagami no sólo era un abogado estupendo (como ese personaje que se parece a nuestro presidente del gobierno), sino también un fantástico detective y un gran luchador en la actualidad.
Lo segundo es que, aunque todo se parezca mucho a las desventuras de Kazuma y compañía… realmente no lo es. El ambiente es mucho más de novela negra, la música te lleva hasta allí, y Yagami es un personaje muy distinto del dragón de Dojima, casi de manera refrescante.
A diferencia de Kazuma, que parece que solo sabe resolver sus problemas a base de galletas, Takayuki piensa, pinta y colorea, y nos encontraremos participando en juicios, resolviendo entuertos y usando todas sus habilidades, incluyendo aquellas que impliquen el uso de relaciones sociales (que no necesitaba el bueno de Kiryu).
Doscientas horas después (en mi caso al menos), tengo que decir que disfruté notablemente del viaje. La música, los combates, las situaciones, los personajes, las recreativas de SEGA (¿quién no disfruta de eso?) y enlacé, como no, con el siguiente Juicio. Pero eso… será otro artículo.
Yakuza es el ultimo rastro de heterosexualidad real en los japos, ahora dominados por las waifus y la mariconada del anime moderno
Tenía claro jugar Yakuza Kiwami en Switch, por la influencia de nae, pero leer este comentario me hace dudar.