Tal es la reputación de Gamerah como bastión del periodismo investigativo y la formación de opinión (no nos gusta alardear, pero el episodio del podcast en el que entrevistamos a Mukita llegó a la docena de oyentes, contando a los familiares de Mukita) que siempre que sacamos una FLASHNOTE, un Chismorreos o un Hitos del Pajerismo, nuevas tendencias son desatadas.
La peña se pregunta, ¿qué opina realmente Gamerah? Hoy, por primera y última vez en la historia, ofrecemos respuesta.
―¿Es verdad que mi juego favorito es una mierda?
―Sí.
―¡Pero mi juego favorito es el Half-Life!
―Es una mierda.
―¡Es el System Shock!
―Es una mierda.
―¡Es el Antiriad!
―Lo sentimos, es una mierda.
―¿En serio?
―No.
―¿No es una mierda?
―No lo sentimos.
―Es el Batman Returns de SNES.
―¡Mierda! ¡Todos mierda!
―Es el Monobola.
―…
―El Monobola.
―… Es… una…
―¿Sí? ¿El Monobola?
―…U… na… mier…
―El Monobola. ¿El Monobola es una mierda?
Hay algo que debéis saber. Ya es hora de que os lo contemos. Hay algo en lo más profundo de nosotros… ¡necesitamos ser alguien distinto! Así que tomad ese retrato en la cornisa, esa canción bajo la lluvia. Esperamos que entendáis que veces la ropa no hace al mono.
Todo lo que tenemos que hacer es tomar estas mentiras y convertirlas en verdades. De alguna manera u otra. Pero hay ocasiones en las que no podemos fingir.
Si tu juego favorito es Monobola, es posible que tu juego favorito no sea una mierda.
El 25 de junio habrá un nuevo Monobola en Switch. Si nuestros cálculos no nos fallan, será el primer Monobola nuevo en un cojón de años. Notamos que ahora AiAi usa pantalones, pero se podrá customizar a tu mono, habrá nuevos monos… ¡y multijugador a 16 monos!
Lo único que nos ha preocupado del trailer es que no salía Monkey Target, pero si el mayor problema en nuestras vidas es que la nueva entrega de uno de nuestros juegos favoritos igual no tiene cierto modo multijugador entonces, amigos, la vida es bella.
Es coña. Si no hay Monkey Target me suicido. (Alex, te he nombrado guardián legal de mi chaval).
el gordo tiene una obsesión malsana con los monkey ball, el recuerdo del primero le hace pensar que todos son por lo menos buenos juegos.
Mismo efecto produce los donkey kong desde la trilogía de SNES que aún me hace confiar en cada cagajon que suelta retro studios con los juegos nuevos del simio pese a que toca hacer una terapia de esfuerzo para tratar de terminarles