
Hay dos narrativas sobre la fundación de Gamerah. La tradicional es que nos banearon a todos del foro de Vogue y decidimos montar nuestro propio chiringuito, con blackjack y putas, para cubrir el hueco en el panorama cultural (lol) de una página de jueguicos con poso e ingenio, o al menos sin faltas de ortografía.
Pero esa es una conclusión que ignora el profundo mongolismo y narcisismo de nuestros redactores. La verdadera razón es que queríamos llamar mongolos a la gente, y que nos respondan, especialmente que nos respondan. Sentir que la mongolada que hemos escrito ha causado reacción hasta el punto que el mongolo de turno no solo la leyó, o pensó en ella, sino que sintió la necesidad de abrir su cliente de email, escribir una respuesta y mandárnosla. Se puede decir que es incluso altruista por nuestra parte, pues si un mongolo usa cinco minutos su tiempo en escribirnos, no está usándolos para mongolizar al resto del mundo.
Por desgracia, según creció nuestra leyenda, en lugar de mandarnos hatemail la gente nos reía los chistes o, peor, ¡nos daba la razón!, pero en nuestro breve periodo de relevancia entre errrr… 2004 y 2008 recibíamos… ¿un hatemail al mes? Teníamos pequeñas ceremonias de lectura de hatemail y todo.
Luego pasó lo que pasó, nos fuimos y regresamos, y ahora nadie nos lee, o si nos leen no nos mandan hatemail.
Pero a veces, cuando los astros se alinean…

¿Tiene razón? ¿Nos estamos metiendo con un gran juego solo para generar clicks? Ni puta idea, no hemos jugado al juego, pero eso es lo de menos. Lo único que falta para que sea nuestra mejor semana desde que chapamos en 2008 es un comentario de Alex.