Biliseñas (I)

Debéis saber que, desde la posición de la auténtica superioridad moral que nos da observaros desde un siglo de distancia, vuestras cuitas y patuleas sobre videojuegos nos aflojan la risa. Tragáis con el diecismo bienqueda de una prensa de videojuegos muertita de hambre y os zampáis montañas de estiércol que apenas superan las deposiciones mañaneras de Cubitorah tras su café y cigarro.

Menos mal que tenéis a Gamerah para guiaros en el camino de la ¿verdad? Ah, no. Aquí no vas a encontrar veracidad ni rigor. Aquí vas a encontrar aún más mentiras. Pero nuestras mentiras. Enormes trolas que brillan bajo un manto de azul Master System sin nubes. Mentiras que sabes que son mentiras y que, por ello, resultan honestas y entrañables. Es como montar en un caballo loco al galope que sabes que te va a lanzar por un abismo, pero que ¡oye! tiene unas crines tan sedosas y huele tan bien que te vas derechito hacia el agujero con una sonrisa.

Nada te hace más humano que elegir las mentiras correctas. Y en esta nueva sección te vamos a soltar, querido lector, una serie de ráfagas cortas de nuestros embustes más parciales. Comentarios de juegos alejados de esa absurda carrera de a ver quién publica antes la reseña más lamepollas que asegure el flujo regular de copias de prensa. Títulos que hay que dejar reposar, para que la mierda se vaya al fondo y así poder valorar con algo de perspectiva si ese GOTY que te vendieron en febrero, aguanta el tipo hasta final de curso.

Las hemos llamado Biliseñas. Jueguicos que se merecen una reseña, pero con los que tampoco podemos hacer la vista gorda porque, en muchos casos, nos ofenden y enervan.

Me cago en todos tus muertos. Me cago en todos tus muertos uno a uno. La tabarra me estás dando, virgen santísima. ¿Pero yo qué te he hecho a ti vamos a ver?

Deus Ex Mankind Divided (Alcalde)

Reconozco que me pongo muy pesado con esto de la narrativa. Pero es que ya me he tragado unos cuantos pseudoensayos y reflexiones con un nivel de redacción justito para el COU, eso sí, plagados de namedropping en algunos casos sonrojante. Cosas de la juventud, todos lo hemos hecho. Pero todos esos textitos, más que aclarar qué es lo que hace buena la narrativa en un videojuego, parecen más bien una catálogo de excusas y justificaciones a la ausencia de buenos guiones. Es habitual, en el reseñador con exceso de cromosomas, apelar a la ultrasobada relación entre videojuegos y cine (juego de suma cero en el que todos pierden) o a cualquier otra disciplina artística de nuevo cuño para establecer extrañas relaciones y sinergias que solo él, harto de Montain Dew y panchitos, puede ver.

Leía hace poco que uno de los problemas más habituales de la narrativa era el excesivo peso de los programadores en las decisiones narrativas. Generalmente, los guionistas apenas podían escribir por encima de estructuras jugables y mecánicas ya diseñadas. De esa manera, el guión apenas era un acto de maquillaje que, en según que juegos, podría hasta perdonarse. Pero el Gordo, en nuestro foro secreto, dio una clave interesante. Decía que el problema de las nuevas generaciones de guionistas es que, en muchos casos, tienen una cultura exclusivamente audiovisual. No han aprendido a escribir leyendo, sino viendo.

Deus Ex Mankind Divided es un gran ejemplo de todo esto. Una factura técnica y artística intachable que hace aguas en todo lo demás. Como shooter, y entendiendo que no lo es, funciona muy mal. No he sido capaz de comprender cómo cambiar de arma en medio de un combate sin pausar el juego y seleccionar la nueva en un menú que parece un diseño descartado del Resident Evil I. Acepto mi parte manca, pero es que, además, disparar es un infierno y la IA de los enemigos es bochornosa. Pero lo que realmente me irrita, como habréis podido imaginar, es la espantosa narrativa. Un desfile de personajes sin carisma alguno con la enervante costumbre de abrasarte a información, acompañados de ordenadores llenos de documentación anexa con correos, documentos, spam y todo tipo de abstrusas informaciones que no sabes muy bien para qué sirven. Súmale un guión incomprensible, un paquí pallá en el que no se entiende absolutamente nada, pero que tu personaje parece comprender al dedillo y tienes la desconexión asegurada.

Y mira que el cyberpunk es un género fácil. Es cine negro con un baño metálico. Y si tu referente es Hammet y no Matrix, entiendes que solo necesitas perdedores que hablen poco para crear personajes más grandes que la vida. Argumentos sencillos. Pequeños casos que se complican. Asuntos turbios. Mujeres que fuman. Nada de superhéroes hipermusculados y aumentados armados hasta los dientes (¿para qué tantas armas, aumentos y gadgets que no llegas a usar?). Los personajes de Effinger y los de Gibson, padres del género cyberpunk, no son más que remedos de los Marlow, Spade, Hammer y todos aquellos grandes detectives clásicos que solo sabían meterse en problemas y castigarse el hígado.

En Deus Ex no hay nada de eso. Un batiburrillo muy aparente, eso sí, y con todos los vicios de los malos juegos. Esa baliza que te indica qué hacer, dónde ir y con quién hablar en todo momento, arruinando cualquier atisbo de exploración y de interés por el entorno. Ese control, aparente en un primer momento, pero con la profundidad de un charco seco. Y, por supuesto, ese argumento ininteligible, fraccionado y malo de solemnidad. Más Ellroy y menos Watchowsky, por favor.

Un jodido princo escrito a rotulador. Si piensas que esta cuadrilla de nerds puede hacer un AAA, es que eres más pichón de lo que pensabas.

No Man’s Sky (El Gordo)

En la mejor tradición de esta página, no lo he jugado. Pero si no lo jugué no fue por las malas notas que acumuló a su salida, ni las toneladas de bilis que el público soltó en twitter. Ni siquiera porque no teniendo 15 años, ni estando en el paro me veo obligado a priorizar brutalmente. No guachelingos, no. No Man’s Sky nunca estuvo en el menú porque no tengo un cromosoma de más. Hay que que ser mongolo perdido para hypearse como se hypeó la gente con un juego de unos muertos de hambre que promete el universo.

Era bonito, sí. Con la iluminación adecuada mi culo es bonito también, particularmente en un trailer. Pero qué sorpresón cuando en los cuatro trillones de planetas generados proceduralmente no había nada interesante que hacer, ¿no? Y ¿quién hubiera dicho que un equipo de unos cuantos nerds, contando a la señora de la limpieza, sería incapaz de debuggear decentemente un juego de tal escala?

Sorprenderse en estos casos es un poco como cuando un popular seguero de la página (es fácil adivinar quién) se ligó a un auténtico pibón que adoraba Shenmue y a la mañana siguiente se sorprendió al levantarse al lado un travelo. No recordaba lo que sucedió después de la sexta copa pero, por alguna razón, el culo le escocía horrores. Afortunadamente dijo ‘no homo’ justo antes de que se cumpluera el plazo y la cosa no fue mayores. Eso no le impidió sentirse rematadamente mongolo, pero habría que ser incluso más mongolo para culpar a Hello Games o incluso a la máquina de PR de Sony del desastre que fue No Man’s Sky. Al fin y al cabo, nunca pretendieron ser otra cosa que lo que son: un equipo de matados que se flipa con Minecraft y Elite y unos hijos de la gran puta, respectivamente. La culpa fue del chá chá chá, y cuando digo chá chá chá me refiero a todos los retards que lo reservaron y se aseguraron de que este tipo de timos se repitan en el futuro. Chá chá chá es el único vocablo del que son capaces y en el que basan toda su comunicación, al estilo de ¡¡Timmeh!! y ¡¡Matt Damon!!

Para ser sincero, bilis es un término excesivo. Me la trae bastante floja. Es necesaria una fuerte conexión emocional para generar bilis.

Sonreíd, hijos de puta.

Donkey Kong Country 2 Diddy’s Kong Quest – port de SNES CLASSIC MINI (El Gordo)

TE VOY A RAJAR, NINTENDO!! ME ENTIENDES?? ME LA HAS JUGADO POR ÚLTIMA VEZ!! TE VOY A RAJAR Y LUEGO ME VOY A SUICIDAR Y VAN A ENCONTRAR NUESTROS CUERPOS JUNTOS ABRAZADOS COMO SI EL NUESTRO FUESE UN AMOR IMPOSIBLE O NOS HUBIÉSEMOS DEJADO EL GAS ENCENDIDO MIENTRAS ECHÁBAMOS LA SIESTA.

El calamar bueno, el calamar muerto.

SPLATOON 2 (Tanta tinta tonta atenta) (Haru)

Disparar tinta no mola. Disparar tinta no mola nada. Hay que disparar cosas duras, a poder ser metálicas. Ir por el mundo echando chorretes puede estar bien para Julio Iglesias, pero se pierde el gustito por el impacto. Hay juegos que se sostienen solo con el sentimiento que provoca la bala al salir disparada de tu cañón y impactar unos metros centímetros (milímetros si eres pobre y tu tele es de menos de 65 pulgadas) más allá, como Destiny 2, que es un juego feo de pelotas pero que satisface unas necesidades primarias del ser humano. Splatoon no, Splatoon es muy bonito y colorido, es una idea original y está bien balanceado entre los distintos tipos de armas. Además, las partidas son claras y sabes en todo momento lo que está pasando. Incluso con la poca variedad de modos de juego es capaz de crear dinámicas de actuación diferentes dentro de una partida. Definir el ganador según quién ha pintado más mapa hace que te puedas sentir útil para tu equipo en cada fracción de segundo del juego, aunque no mates a nadie. Y esto está bien. Pero ahora os diré lo que está mal.

1- DISPARAR TINTA NO MOLA

2- NO PUEDES CAMBIAR DE ARMA ENTRE PARTIDAS

3- DISPARAR TINTA NO MOLA NADA

Y luego ya sí. El modo historia está curioso y los jefes finales, que es donde :)Nintendo:) se suele sacar la chorra, están a la altura. Además la campaña dura lo justo para que te dure la sorpresa inicial y todavía no te hayas dado cuenta de que disparar tinta no mola una mierda. ¿Sabéis en qué momento sí que mola disparar tinta? EN LA VIDA REAL.

Así que si te apetece echar 5 ó 6 horas a un modo historia de un juego diferente, pues vale, dale al Splatoon. Siempre y cuando no le hubieras dado ya en Wii U, claro. Pero no esperes un shooter. Que no lo llamen matrimonio.