El Dr. Rubirosa reseña "Gamerah de Noche"

OH DIOS MÍO.

¡Sí, soy yo! ¡El Dr. Rubirosa Jr.!

Sobrino y sucesor del Dr. Rubirosa, habitual comentarista de Gamerah. Tenemos un montón de opiniones y nos gusta compartirlas. Para ello normalmente basta con una llamada a uno de nuestros contactos, pero de un tiempo a esta parte nadie contesta el teléfono. ¡Todos los mongolos de Gamerah están ocupados con el jodido podcast! ¡Hey! ¡Hijos de puta! ¡Tengo una opinión que necesito compartir! ¡Es sobre el podcast!

Bueno, es básicamente eso. La conversación suele ser interesante, incluso estimulante, algunas de las canciones pueden molar, las llamadas de los oyentes suelen ser apasionantes pero

Todo.

Toma.

Demasiado.

Jodido.

Tiempo.

‘mmmkay, motherfuckers? Los perros envejecemos siete veces más rápido que los humanos. ¿Por qué creéis que nos lamemos el culo y los huevos al mismo tiempo? ¿No creéis que nos gustaría poder dedicarle a cada zona la atención que merece? ¡No tenemos tiempo que perder! Gamerah de noche empieza muy bien, con una entradilla muy pegadiza:

Gamerah de noche
Gamerah de noche
Fue a comprar el pan…
…y le vendieron un coche

*Tutururu plas*

¡Hahaha! ¡Le vendieron un coche! ¡OK, empecemos!

Gamerah de noche
Gamerah de noche

Ay, mierda continúa. OK…

Ven con la gloriosa
A evitar que trasnoches…

¡OK! ¡Listos!

…más.

De esta manera cualquier momento (en el sentido de masa multiplicada por velocidad, usado como una metáfora de la capacidad de un argumento de arrastrar al oyente) es desperdigado como un perro que mea en demasiados árboles y no logra dejar suficiente pis como para establecer dominio en ninguno. El anfitrión tiene algo así como 500 podcasts y sabe cómo iniciar la conversación, con insultos, y esto casi molaría si no fuese por los continuos PINGS y PANGS provenientes de los sistemas de sonido de unos tertulianos lo bastante inteligentes como para devolver rápida e ingeniosamente los insultos del anfitrión, pero no lo bastante como para poner el jodido micrófono en MUTE cuando nos les toca hablar. Una vez un mongolo tuvo una CONVERSACIÓN TELEFÓNICA ENTERA en medio del podcast.

No obstante, hay cierto hilo conductor en medio del caos, comentarios muy graciosos e incluso alguien dice en un momento «poso cultural» y te ríes pero no te dan ganas de desgarrarle la yugular. Esto es un gran logro. Normalmente si alguien usa la palabra «poso» no queda más que darle una hostia. Pero entonces ¡ZAS! ¡Canciones! Otra vez. Largas de cagar también. Solo la canción de puertoriqueño chingón es una interrupción grata. No hay nada malo con decir gameflus o hablar de gameflus sin tener que poner cada vez la jodida canción del gameflus, ¿eh? No es ilegal. Os lo cuento simplemente.

Lo peor es que a pesar de todo Gamerah de noche mola. Hay más ingenio en los anuncios de los patrocinadores, las llamadas de los oyentes, los flashbacks pollavieja y los debates mongolos que en el resto de podcasts del internet juntos (imagino, obviamente no he escuchado ninguno). ¡Ese es el problema! No lo puedes mandar a la mierda e irte al jardín a cavar tu hueco, tienes que quedarte ahí como un tarado los 56-58 minutos que suele durar (CASI UNA HORA) porque sabes que si lo apagas te vas a perder algo bueno. Y por eso odio Gamerah de noche. Que no me hayan invitado a participar todavía, que no hayan respondido a mi email proponiendo la sección RUBIROSA RESPONDE, que ahora seamos un podcast semanal (seminal) y no una web casimuerta (algo que ataca la mismísima esencia de lo que es Gamerah), nada de esto influye en mi opinión, porque para ser sincero no he escuchado el podcast. En Gamerah nunca ha sido necesario jugar un juego para poder reseñarlo, y que me den por culo si ahora va a haber que escuchar un podcast para ponerlo a parir.

Las portadas están bien.