Strike
Llevado a mesa, Biwenger sería un juego de cartas de construcción de mazo, producción de recursos, dados y negociación. Un híbrido entre Catan y Ciudad de Machi Koro, al que mediante chat le hemos añadido un toque de roles ocultos.
Los roles se escogen o son asignados por la comunidad, mediante charleta. Dados los dos comportamientos han quedado configurados los patrones de conducta que cada uno de los jugadores interpreta durante la partida.
Cada jornada consta de dos fases: preparación y juego. La de preparación comienza escogiendo una serie de cartas del mazo y disponiéndolas boca arriba en el centro de la mesa, de manera que se puede ver el coste de adquisición y valor medio.
El valor medio representa los puntos que, una vez adquirido, puede aportar al equipo si este es alineado. El coste de adquisición es el mínimo que debe invertir cada jugador para poder quedárselo. La adquisición se lleva a cabo mediante subasta, los jugadores señalan la carta en la que están interesados, añaden cuanto están dispuestos a invertir en su mano, las dirigen al centro de la mesa y abren a la vez. La apuesta mayor se lleva la carta y deposita el coste en la Banca.
Durante cada jornada, todos los jugadores juegan su turno a la vez. Pueden realizar diversas acciones, sin límite: pagar por una carta de la mesa, vender una carta a la Banca, intercambiar cartas con otro jugador negociando el precio, ceder una carta, incrementar el coste de una carta propia depositando monedas encima de la misma, robar una carta del equipo de otro jugador pagando el coste que este le ha asignado.
La única regla es que, al final de la jornada, cada jugador debe poder construir su equipo con un mínimo de 11 cartas y, a la vez, quedar en positivo con la Banca. La preparación de la jornada acaba cuando toda la arena del reloj ha pasado al receptáculo inferior.
Después de la fase de preparación llega la fase de juego. Esta fase se juega para conocer los puntos que cada carta conseguirá. Se juega con cuatro dados de 6 caras. Los dos primeros asignan puntuación del 0 al 10. El tercero solo posee puntuaciones negativas del -6 al -1. Se suma el total de las caras a la vista. El cuarto dado es de eventos especiales: asistencia, gol, tarjeta amarilla, tarjeta roja, lesión o jugador del partido.
Algunos eventos especiales suman o restan puntos mientras que otros anulan la totalidad de los puntos obtenidos previamente.
El único requerimiento para ganar el juego es tener más puntos tras la compleción del total de las jornadas.
Todo lo anterior es como se juega, pero ay, ese añadido de roles ocultos, esa charleta, esa pizca lo envenena todo. Estos roles acostumbran a ser lugares comunes en casi todos los juegos de este tipo: el que se hace el loco, el avaricioso que tiende a acumular, el charlatán que la lía, el que se enfada o se hace el enfadado, el que pasa de todo, el que en cada turno juega un papel distinto, el agarrao o que le cuesta apostar, etc.
Os voy a decir cómo suelen acabar estos juegos: mal.
yusepon
Hablar así largo y tendido del Biwenger… no creo que pueda. Aún no se han cerrado las heridas. Aún me duele la traición, la trampa y la falta de respeto de parte del núcleo duro de la liga. Siempre se me acusó de mover los hilos y de cambiar las reglas a mi antojo. Yuseponato lo llamaron. Era la excusa perfecta para tapar malas decisiones y resultados para unos y la cortina de humo que no dejase ver las cloacas del juego para otros. Al final, como siempre, tiene que haber un chivo expiatorio que caiga en lugar de la verdadera mafia y ese fui yo. Mi estilo de juego siempre ha sido claro: comprar jugadores para formar parte del equipo, sin especular ni mercadear, y pagar cláusulas sobre jugadores que son un valor seguro, debilitando por el camino las plantillas de los rivales. Esto último siempre ha tenido un riesgo: pagas un dinero que posiblemente no vayas a recuperar y el sobrecoste de la operación hace que tengas que vender buenos jugadores para rodear a tu nueva superestrella de «piernas» y jornaleros del fútbol, confiando en que tu crack aporte los puntos que los clásicos soldados de bordalas no van a hacer.
Todo eran jijis y jajas mientras pagaba la cláusula de jugadores de Jan o de bola, pero cuando robas al capo di tutti capi, lo más normal es levantarte con una cabeza de caballo al otro lado de la cama. Mi pecado fue pagar la cláusula de Benzema, algo tan lícito como arriesgado, y no por las razones anteriormente expuestas, sino porque ese jugador pertenecía a pj, el Kingpin bajito de nuestra liga. En su ira se asoció con otros dos jugadores para inflar cláusulas y luego volver a pagar la cláusula del delantero francés sin coste alguno en su plantilla, o incluso permitiéndole mejorarla aún más. Así, esos otros dos conspiradores le entregaron en bandeja la liga, yo me puse en modo falken dejando mi plantilla a la deriva consciente de que no podría jugar a mi manera y ni mucho menos ganar y la competición quedó completamente desvirtuada. Lo que había empezado como una liga de amigos se convirtió en un nido de ratas, en una caza al pichón por obra y gracia de alguien que se llama así mismo El Honesto. Así terminó para mí la liga. Yuseponato. Giusepponi assassinato. Nunca lo vi venir.
Jan
Es bastante cierto. Te pasas la vida deteniendo delincuentes de poca monta hasta que un día te encuentras con el MAL. Así en mayúsculas. Nada de lo que puedas imaginar se acerca a la podredumbre que es capaz de generar PJ EL HONESTO. No serás capaz de aguantarle la mirada tres segundos porque te volverías loco. Te susurrará cantos de sirena al odio para que cometas atrocidades pensando que han sido tu propia idea. Te manipulará para que des cobijo a jugadores a los que ha dejado yermos. Luego te masticará, te escupirá, se reirá y se irá.
Todos hemos aprendido una valiosa lección del Biwenger. Aunque creas que puedes vencer al MAL te equivocas. Con el MAL no se lucha, no se juega. Del MAL se huye.
¡Kubo duerme entre cartones!
pj
Hay un muchachito nuevo en la ciudad. Aquí el viejo capo se las prometía muy felices pagando clausulazos impunemente y jodiendo a los demás. Jijiji, jajaja, ahora pongo cláusulas de mierda a menos del doble del valor de compra y esta panda de maulas no las van a ver venir. Todos somos amigos aquí mientras yo sea el único que se beneficia del sistema y voy a planear mi liga no en base a comprar bien si no en robar jugadores y encima lo voy a hacer pasar como que yo soy el bueno de la película. A ver si te creías que no sabía que me ibas a pegar la puñalada. Éramos amiguines yusepon, pero lo echaste a perder por tu avaricia.
La noche antes del incidente Ayuso tuve un sueño. Yo estaba en un claro del bosque y una paloma blanca vino a posarse sobre mi hombro. Todo era paz y amor. Inmediatamente, un buitre negro cayó en picado sobre la paloma, la desmembró en mil pedazos y se la comió. La paloma blanca quería escapar y me miraba implorando ayuda, pero yo giré la cabeza. Miré a otro lado. El buitre negro me miró con ojos torvos relamiéndose la sangre las plumas alrededor de su pico y me dijo: has elegido pj, ahora me perteneces para siempre.
Cuando me desperté, se había pasado el efecto de la melange. Mi voluntad era de hierro, mi espíritu inquebratable, la Senda Dorada aparecia clara delante de mí. Habría jihad, aunque me costase el alma.
Yo soy Paul, Bola es Zendaya y Strike es Stilgar.
bola
Yo era una de esas ratas, una de muchas, en una isla, feliz comiendo coco. Mi coco era Vinicius, por el que había apostado a principio de temporada. Una apuesta arriesgada pues venía de un año en el que el joven talento brasileño promediaba los números de un Sandro Ramirez cualquiera, apenas 3,6 puntos por jornada. Pero una apuesta sincera.
Una apuesta que necesitó de apenas un mes para demostrarse correcta, con o menino de São Gonçalo aumentando su producción hasta superar los 8 puntos de media por jornada. El segundo mejor jugador de La Liga y el más rentable.
Una rata feliz luchando por el segundo puesto hasta que yusepon, el administrador de la liga y mi rival por esa segunda posición, la abuela del discurso de Bardem en Skyfall, me tiró al barril de aceite pagando su cláusula sin avisar y dejándome con unos ridículos 37 millones y cara de tonto.
Una vez dentro del barril me quedaban dos salidas, matar o morir. Me había resignado a lo segundo hasta que el embaucador percebeiro me abrió un md ofreciéndome lo primero. Y con el corazón aún supurante tras la pérdida acepté. Me convertí en lo que despreciaba.
Ahora las ratas ya no comen coco. Ahora las ratas comen rata.
Estoy muy decepcionado de que esta santa casa dé voz al Yuseponato y sus esbirros.
Lo que ha psado es simplemente que un grupo de ciuadanos responsables se han defendido de los robos continuos del Yuseponto y su esbirro Jan.
Yo llevo semanas sin jugar. Ni me enteré de la delictiva manipulación de mercado que cometisteis la familia tataglia.
Habéis matado la liga
Tú llevas toda la temporada sin jugar pero ese es otro tema.
No future for you /
No future for me