
Es raro ver un juego independiente (lo que no quiere decir de presupuesto pequeño, pero ese es otro tema) que reciba mucha expectación antes del lanzamiento, que venda bien y que tenga buena recepción por parte de la crítica, y que a la vez deba considerarse infravalorado y a reivindicar.
Y es que El Escudero Valiente (por una vez no tenemos que traducir nada, gracias a quien corresponda) es un juego que nos conquistó a todos ya desde el primer vídeo, ya que lo que se veía llamaba mucho la atención.
La primera sorpresa viene con el hecho de imita el recorrido de un libro (de manera diferente, por cierto, a Tiempo de Partidas de Rol, o RPG Time, otro buen juego a reivindicar), pero a la hora de jugarse recuerda bastante a otros juegos de acción y aventuras con vista cenital como Is (Ys) o El Guerrero de la Hacha Dorada (Golden Axe Warrior).

Pero en un momento dado te sacan del libro, y el juego pasa a ser en tres dimensiones (vamos, ahora el personaje puede saltar y moverse en dos dimensiones, así que ya tenemos las tres. N. del E.: el Alcalde disiente). Esta rotura literal de la segunda pared (porque pasa de las dos a las tres dimensiones) es la mayor sorpresa del juego… pero no la única.


Según cuentan algunos, la atención que recibió el juego fue tan elevada durante su presentación que cuando llegó a las tiendas ya no había sorpresa alguna. Yo conocía la sorpresa principal, pero no me había adentrado en el resto, así que tal vez he sido afortunado, pero sinceramente creo que el crítico de videojuegos no debería considerar que todo el mundo ha visto todos los anuncios de un juego para realizar su reseña; y en ningún caso eso es parte del juego, sino de su campaña de promoción.
Dicho esto, y sin querer reventaros demasiado las sorpresas, en El Escudero Valiente encontraremos un buen puñado de otras mecánicas que no son la principal, algunas integradas perfectamente en la historia como el hecho de solucionar rompecabezas mediante físicas, o el uso correcto del texto que tiene el libro en el que se basa la historia de El Escudero Valiente. Por otro lado nos encontramos con otras mecánicas más disruptivas con la mecánica principal, e iba a quejarme de ellas, como el sigilo, el uso del ritmo o la cierta aleatoriedad que hay a la hora de superar estas partes; pero en una de las últimas partidas me di cuenta que había una opción de «saltar minijuego», así que si algo no te acaba de gustar no hay por qué jugarlo. Un punto más a favor.
Si hay que destacar algo de El Escudero Valiente es que está hecho con mucho mimo. Se nota que sus creadores han hecho lo posible para que el jugador perciba el cariño que ellos le han puesto a la hora de realizar el juego. Uno no puede evitar pensar que el juego está hecho para ellos mismos… cuando eran pequeños. Hay una gran cantidad de pequeños detalles donde se percibe esto.
Por desgracia, cuando salió el juego la prensa especializada decidió que era mucho más importante el hecho de que el juego fuera amable con su público objetivo (es un juego para niños a partir de 7 años) que el hecho de que no fuera amable contigo, José Luis, que le has metido 3000 horas a los diferentes juegos similares de la saga de las Almas Oscuras (Dark Souls).
Así que… si buscáis un juego que le pueda hacer ilusión a tu niño interior (porque los niños de verdad de hoy en día a lo mejor se animan), El Escudero Valiente es estupendo. Si buscáis un juego hecho con mimo y con posibilidad de sorprenderos, El Escudero Valiente es estupendo. Si en cambio buscáis un reto que os vaya a hacer sudar hasta superarlo, no, El Escudero Valiente no es lo vuestro.


