Mensaje de Reyes de Su Majestad Mothrah, ex-novia de Cubitorah

La búsqueda de la felicidad

Queridos mongolos:

Uy, perdón, qué manera de empezar es esta, no quisiera asumir. Dejadme empezar de nuevo.

Querides mongoles:

Es un placer escribir esto hoy mientras Cubitorah está en el baño. He escuchado tanto sobre vosotres…

Reconectar con mi ex-novio Cubitorah tras su gran anuncio y florecimiento emocional fue algo contra lo que inicialmente mi actual novio y terapista, Carlos Wong, me aconsejó vehementemente.

―Mothrah ―me dijo―, eres una monstruo polilla radioactiva multicolor orgullosa e independiente que es dueña de su cuerpo y toma sus propias decisiones, ¡pero te prohibo ver a Cubitorah!

Me armé de paciencia. El ansia de subyugación está arraigado en lo más profundo de todos los monstruos de género asignado masculino. Pero con terapia y esfuerzo es posible superar nuestros sesgos inconscientes.

―Carlos, te escucho. Últimamente he notado que te estás convirtiendo en un murciélago mutante opresor y eso me duele mucho. Cubitorah es un viejo amigo en un viaje de autodescubrimiento y necesita mi apoyo.

―Entiendo que te sientas así, Mothrah, y tienes razón, tal vez mi instinto protector me haga sonar como un instrumento involuntario del patriarcado. Pero quiero que sepas que no es porque intente controlarte, sino por mi certeza de que esto no es más que un plan de Cubitorah para volver a meterse en tus pantalones.

―Sí, puedo entender eso. Pero a veces siento que tu rivalidad con Cubitorah es un mundo aparte. Y ese mundo me excluye a mí. Cuando intento hacerte considerar otras posibilidades, siento que mis palabras se pierden en el vacío.

―Lo siento mucho, Mothrah, no es mi intención hacerte sentir así. Te escucho y me haces sentir que no confío en ti como mereces. Prometo darte espacio y no dudar de ti.

―Gracias, Carlos. Significa mucho para mí que reconozcas mis sentimientos y confies en mí.

―Y yo te agradezco que me hables con sinceridad. Creo que esta conversación nos ayudará a entendernos mejor.

Esa noche, mientras me follaba a Cubitorah como una manera de celebrar el amor liberador que siento por Carlos, se me ocurrió fundar un nido poliamoroso con Carlos y Cubitorah. Un entorno enriquecedor no jerárquico y sin prejuicios basado en la libertad, la igualdad y el respeto mutuo, donde cada miembro tiene voz y voto en las decisiones que afectan al grupo en comunión constante con el Femenino Universal. Carlos reaccionó con horror, pero a Cubitorah le pareció una idea fantástica, demostrando lo mucho que ha progresado desde su transición a cucaracha pansexual cromático-divergente.

Llevamos casi una semana de felicidad. Y de placer. Decidimos que la manera más inclusiva de expresar nuestra sensualidad es con Cubitorah y yo follando y Carlos grabando. Al principio hubo desacuerdo, pero lo sometimos a voto y la propuesta pasó por 2 votos a 1. Admiré mucho a Carlos por su posterior intento de suicidio: hace falta mucho coraje para expresar lo que uno siente verdaderamente. El siguiente intento debo admitir me pareció un poco excesivo, pero Cubitorah me ayudó a entender que la gente tiene distintas maneras de trabajar en su salud mental y que Carlos probablente lo volverá a intentar una y otra vez hasta que tenga éxito, pero que no me preocupe porque él le acompañará a cada paso del camino.

Y con esto os dejo, pues acabo de escuchar a Cubitorah tirar de la cadena. ¿Es posible ser demasiado feliz?

Felices fiestas, y que… venga, sí. Que os den por culo.

Mothrah

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