Lo que causó la dimisión de John Riccitiello como CEO de Unity fue probablemente el mayor escándalo en el mundo de los videojuegos de los últimos años. Quizá os suene la historia.
Riccitiello fue en su día el jefazo de Electronic Arts, y se le recuerda por convertirse en el CEO más odiado del sector, que ya tiene mérito. Viendo que lo de CEO lo hacía muy bien, Unity lo contrató, donde -sorpresa- la volvió a liar parda.
Unity, como muchos sabréis pero quizá no todos, es el motor (engine) más popular para hacer videojuegos, especialmente entre los indies, dado que durante la mayor parte de su historia fue completamente gratis o tuvo suscripciones relativamente baratas. Se puede decir (hasta cierto punto, porque siempre ha habido alternativas) que Unity puso el desarrollo de videojuegos al alcance de todo el mundo.
Muy bonito, pero Unity es una empresa que cotiza en bolsa, y ese tipo de empresas no se mantienen regalando cosas. Unity ha tenido que volverse cada vez más agresiva para sobrevivir. Uno de los caminos (aparte de las mencionadas suscripciones) fue ofrecer un sistema para monetizar aplicaciones para móviles, que rápidamente convirtió en su principal fuente de ingresos. No se puede negar que lo han hecho muy bien en ese sector, que ya era muy competitivo cuando entraron. El problema de que globalmente gastan carretadas de dinero y pierden más que ganan, cosa que a los accionistas al parecer no les agrada demasiado.
Así que desde tiempos de Riccitiello, el rumbo era apostar por lo que les daba dinero (servicios para móviles) y minimizar o ignorar lo que no (el motor, los indies). De ahí la idea que causó su debacle: cobrar por descarga a las empresas que usaran su motor (especialmente a las de móvil: MiHoYo, Genshin et al.) para llevarse su parte del pastel. Los indies, que se encontraron con la posibilidad de que Unity los podía arruinar de un día para otro porque sí, se levantaron en armas, escándalo en el mundillo, CEO al carrer.
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El caso es que después de un tiempecito con un CEO apagafuegos, que se ha dedicado a deshacer lo hecho por Riccitiello y a intentar volverse a ganar la confianza de los indies, en Unity han dicho que en realidad lo del motor para hacer videojuegos sigue dándoles bastante igual y que lo importante es seguir a tope con lo de la monetización para móviles. De ahí la noticia (FLASHNOTE) de la contratación de un tal Matthew Bromberg como CEO, que resulta ser un ex-Zynga (Farmville, Zynga Poker, Words with Friends) y un ex-EA (¿en serio?), concretamente de la división para móviles, aparte de tener mucha relación con los e-sports.
Como dirían los angloparlantes, a match made in heaven.
P.D. Alex mira el whatsapp
Meet the new boss
Same as the old boss
Venga, todos a usar Godot
Grande Riccitiello, duro con estos comunistas de mierda que lo quieren todo gratis. la zurdada no puede triunfar ni meter más moros a Europa
Bueno verte Alex.
Qué tal todo?
Genial, genial. Estoooo... uhmmm no queríamos mencionarlo pero hay varios artículos sin comentario tuyo...