Wind Waker, vamos el Zelda

Juego que representa los intereses de la aristocracia terrateniente japonesa en alianza con la gran burguesía financiera y en la que nos quieren hacer creer que un puto barco rojo (¡¿por qué rojo, cabrones?!) habla y encima, es Rey.

Por alguna extraña razón que tan sólo Freud podría descifrar, los nintenderos de todo el mundo (afortunadamente cada vez menos, pese al indudable carisma de Yamauchi y al incesante marketing con su imagen en forma de camisetas) adoran la ya manida saga “Zelda”. El juego se basa, por completo, en un niño afeminado (¿será por eso que les gusta tanto a los nintenderos?) que debe salvar el mundo y, por supuesto, rescatar una princesita azul que es muy importante pero que sin embargo es jodidamente inútil.

Analicemos ya estos detalles del juego. Vemos que Link representa, hablando en lenguaje eurocéntrico, al caballero típico del feudalismo absolutista que, orientado por los dioses, debe salvar, de forma heroica y romántica, a su princesita. Todos sabemos (excepto los que no pertenezcan a esta página, los cuales son todos una masa de analfabetos filisteos) que el romanticismo fue la reacción ideológica de la nobleza terrateniente ante el embiste de la, entonces, burguesía revolucionaria. Consistía en verlo todo caballeresco, romántico (algo así como los nintenderos a todo japo que se parezca a Miyamoto), idealizando de esa forma el vasallaje, los privilegios señoriales, los títulos feudales, la monarquía… en fin, el Régimen de Producción Feudal.

Pero aún hay más, señores, porque Miyamoto no se conforma con eso, sino que además es un escolástico metafísico absolutamente reaccionario. Al ser un juego en el que no existen leyes socio-económicas que rigen la sociedad y que el hombre no pone bajo su mando, bajo su control, el reflejo alienante-religioso del juego no podía ser monoteísta, sino politeísta, al tratar las leyes de la naturaleza no controladas por el hombre. Esto ni siquiera es propio ya del feudalismo absolutista, en el que los filósofos más avanzados ya habían encontrado un puente entre la escolástica metafísica para llegar al materialismo, el deísmo. Más bien es típico de las sociedades gentilicias y del esclavismo, hasta que este último engendró el monoteísmo bajo el dios exclusivamente judío Yahvé, producto todo ello de la filosofía helénica en decadencia.

Con lo cual, ¿qué significa, qué intereses de clase representa Zelda? Todos sabemos que la burguesía japonesa jamás hizo una revolución democrática decente y que, al chocar el desarrollo de las fuerzas sociales productivas con las relaciones de producción feudales que suponían una traba para su ulterior desarrollo, tuvo su expresión subjetiva en la alianza entre un sector de la aristocracia terrateniente militarista y la gran burguesía japonesa (algo así como en la Prusia de Bismarck). Zelda representa los intereses de esa alianza reaccionaria, explotadora e Imperialista.

Menos romanticismo reaccionario y más marxismo-leninismo-maoísmo.

Quien quiera saber qué tal los gráficos, el sonido y tal que se joda y se gaste 30 euros en pillárselo, yo analizo el concepto, no la forma.

Pol Pot es grande, Pol Pot hubiera matado a Miyamoto (lleva gafas).

3 comentarios

  1. la pretension de este articulo es un enorme dique para llegar al fin del mismo

  2. Ejem... Miyamoto no lleva gafas, sus ojos son así.

  3. Y el juego que tal? Mejor o peor que bow?

Responde a El clítoris de Keri Russell Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *