Razones para odiar Monster Hunter

Investigamos las cloacas del Estado Capcomita para sacar a la luz las vergüenzas de su franquicia emblemática.

Tachado de juego de nicho para tarados durante muchísimos años, hoy en día la franquicia Monster Hunter es reconocida como uno de los grandes hitos jugables del siglo XXI. Alabada unánimemente por su minuciosa recreación de entornos salvajes llenos de vida, la verosimilitud de sus fantásticos monstruos y su adictivo ciclo de investiga → caza → recolecta → mejora. Por no hablar del exigente nivel de dificultad, que siempre complace al jugador más habilidoso, y la cantidad de cosas por descubrir una vez acabado el modo historia. Prácticamente se ha inventado un género en el que reina como monarca absoluto. Es la franquicia más vendida de la historia de Capcom, una compañía que no anda corta de franquicias multimillonarias. Pero ¿acaso todo el monte es orégano en los hermosos parajes de Monster Hunter?

Pues no, hijicos, no. Hay mierdas diversas y no me refiero a esos entrañables montoncitos de color marrón que podemos lanzar con nuestra ballesta. Acompañadme en este triste listado de razones por las cuales renegar una y mil veces del célebre cazabichos capcomnita.


~ Porque todo el mundo es inútil ~

Se supone que tu avatar es un cazador más de la aldea o campamento a la que perteneces, un eficiente engranaje más en la máquina del progreso pero lejos de las capacidades de los super cazadores que sueles ver por la cabaña del jefe, armados con trastos más grandes que ellos aptos para derrotar a la peor de las bestias. Sales al campo a cazar bichos porque vivimos en una sociedad y es lo mejor que sabes hacer.

Los cojones; todos los habitantes dependen de ti. Eres el único que compra en la tienda o le trae materiales al herrero. Eres el que caza, pesca, cultiva la tierra y recoge las cosechas, el que investiga los terrenos circundantes y localiza los sitios más seguros. Hasta la gastronomía local depende de ti así como los menús del día en el restaurante. Gracias a ti se desarrolla la tecnología, el comercio y las comunicaciones. Si una mañana nuestro cazador se queda dormido medio pueblo no come. Si te pillas una baja de tres días, empiezan a morirse de hambre. Para que luego te preguntes por qué siguen viviendo casi en la edad de piedra.

Y nosotros, con cara de gilipollas.

Y la encargada, la más lerda de todos.

~ Por la dificultad absurda ~

Partiendo de la base de que hace falta tener muchas ganas de suicidarse para plantarse delante de bichardos de diez toneladas de puro diente y mala hostia con un martillo de poner baldosas; pero es que además el juego tampoco pone mucho de su parte. Los monstruos respiran fuego. Sudan nitroglicerina. Expulsan veneno por los aguijones. Cagan lava. Se llaman los unos a los otros para ayudarse. Caramba, incluso se da constantemente el caso de ver a un depredador degollando apacibles herbívoros y entrar nosotros en plan caballero de brillante armadura para salvar a Bambi y su madre. ¿Y qué creéis que pasa? Que el ovejuno herbívoro nos atacará por la espalda en el peor momento.

Y nosotros, con cara de gilipollas.

Los muy cabrones se las saben todas.

~ Por las muertes a cámara lenta ~

En multitud de ocasiones se ha hablado de lo injustos que resultan determinados juegos en los que mueres con un único impacto o dos. De esos shoot ‘em up en los que llevas dos horas avanzando y recogiendo power-ups para que una triste bala te mande de vuelta al principio de la fase y sin ninguna mejora de armamento.

En Monster Hunter, la cosa va justo al revés: mueres a cámara lenta porque lo importante es hacerte perder el tiempo, la paciencia y la honra. El bicho (llamémoslo Dino) te ve y ruge, paralizándote. Meneas el mando como un loco para salir de la conmoción. Esfuerzo fútil pues a continuación carga y te embiste con la fuerza de un tren de mercancías. Te deja atontado y te lanza sobre un charco de lava con el que empieza a bajarte vida poco a poco. Sigues tratando desesperadamente de recuperar el control sobre el personaje mientras ves como el tubo de salud se va reduciendo de manera inmisericorde. A continuación Bambi que pasaba por allí nos empuja sobre una zarza llena de frutas que revientan con el peso de nuestro culo. ¡Vaya, eran venenosas! Más estados alterados a añadir a nuestra precaria salud. ¿Llegaremos a tiempo para tomar un trago de antídoto, a rodar para apagar las llamas que suben por nuestro cuerpo o a echar mano de una poción curativa? Por favor, con lo ocupados que estamos haciendo la croqueta, trastabillando a cuatro patas y enseñando a Dino nuestro orondo trasero. Y claro, Dino se ofende porque Dino es joven y moderno, cursa la LOMCE, tiene Twitter y también tiene problemas con el control de las frustraciones. Así que Dino vuelve a adelantarse y de un amplio mordisco finalmente nos despacha de vuelta al campamento.

Y nosotros, con cara de gilipollas.

~ Por el críptico sistema de misiones ~

Cuando escuchéis a algún Manager de Prensa o Márketing diciendo que un juego tiene «un sistema de misiones orgánico que fluye adaptándose a la habilidad del jugador» tenéis una oportunidad de oro para hacerle un favor al mundo. Agarrad una escopeta, pegadle dos tiros en la cara y luego recargad repitiendo la operación seis veces. Los últimos Monster Hunter han optado por ese sistema de «misiónes orgánicas» que no deja de ser un modo cursi de decir que van saliendo sin concretar demasiado la manera en la que van apareciendo. Es perfectamente posible que un día soltéis el mando, veáis que el contador de horas marca más de 100, lleváis las últimas treinta cargándoos los mismos seis bichos y el juego os siga diciendo que os faltan multitud de misiones opcionales e investigaciones por completar. Os vais a internet y os dicen que para desbloquear más misiones hay que matar monstruos que ya has matado, completar otras misiones que ya has hecho, subir los niveles de investigación que ya tienes al tope o saltar a la comba mientras recitas de memoria a Góngora.

Y nosotros, con cara de gilipollas.

~ Por los jodidos gatos ~

Capcom sabe bien que el gran problema de un título multijugador es que no siempre tienes gente con la que jugar. Para solucionar este ligero problemilla introdujo a los Palicos o Felynes: gatos de aspecto humanoide capaces de andar erguidos cuando quieren, que hacen las veces de ayudante, compañero de caza, mula de carga y desahogo cómico.

Pues ni una cosa ni la otra. Una vez metidos en faena podremos comprobar como los citados mininos no valen más que para estorbar, jorobar y ponernos de los nervios. Son especialistas en fallar todos sus ataques (y mira que es difícil no acertar a algo de 10×10 metros, ni que fuesen Sergio Ramos), en curarnos cuando tenemos la vida al 100%, en dejarnos morir mientras ellos se lamen las pelotas, en ponerse a llamar la atención del bicho más grande que haya mientras tratamos de ocultarnos para curarnos un poco y, en términos generales, en dar por culo todo lo que pueden. Cualquiera que comparta domicilio con un gato doméstico podrá alegar que en Capcom han sido extremadamente fieles con la naturaleza intrínseca de lo que es un gato, pero es innegable que fracasan estrepitosamente en su propósito jugable. Para aumentar más aún el dolor, en las últimas entregas hacen referencias al célebre salero turco Nusrett, más conocido como El Gilipollas De La Carne.

A ellos sí que habría que echarlos a la cazuela.

~ Por el fandom de mierda ~

Si hay algo peor que un juego pedante sin duda son los fans pedantes de un juego pedante. Lamentablemente, Monster Hunter es una franquicia que provee, fomenta y celebra la pedantería. El problema que tiene haber creado unos bichos con una manera de comportarse característica e individual es que habrá gente que se la aprenda de memoria en vez de dedicarse a algo cabal y útil para la sociedad. Por ello, si tienes problemas por ejemplo para cargarte a un Rathalos y preguntas a alguien que entienda del tema estarás cometiendo el peor error de tu vida. Ten por seguro que va a ilustrarte en una prolija charla sobre la manera que tienen estos dracónidos (Rathaliensis Magna) de cazar hervíboros mediante caídas en picado. De sus costumbres alimenticias basadas en la carne recién cazada y nunca de carroña. Del marcado dimorfismo sexual en la especie tal que las hembras son catalogadas casi como una especie distinta (las Rathianensis Minoris). De la frecuencia con la que realizan sus nidos en zonas altas y de difícil acceso pero que tengan cerca fuentes de agua. De su tradicional enemistad con otros grandes depredadores terrestres como toda la familia de los Anjanathius Rex. Incluso puede que te rematen la charla explicando como la neurotoxina que acumulan en las púas de su cola puede neutralizarse mediante la rápida aplicación de un emplasto de hojas de Hiacintus Caeruleum.

Pero ninguno te va a decir que vayas con una puñetera arma elemental de electricidad y un puñado de antídotos. Esas ordinarieces son para la plebe.

Y nosotros, con cara de gilipollas.

~ Por los putos gabachos ~

Desde hace unos años Capcom introdujo una nueva mecánica en la franquicia consistente en la posibilidad de trepar por las paredes, saltar encima del bicho en cuestión y liarnos a golpear o apuñalar su lomo hasta que flaquea y cae derribado. Esta operación facilita el poder alcanzar la cabeza del monstruo a cazar y es una buena técnica a la que recurrir… en las ocasiones adecuadas.

Pero eso no lo entienden los jugadores franceses. Queremos suponer que un exceso de ingesta de carne de caballo untada en mantequilla les ha provocado algún tipo de trauma psicológico, pero es sencillísimo adivinar si un jugador es francés o no basándonos en su comportamiento. Si vemos que trata de subirse al lomo del bicho con el ansia de una pulga famélica, sin duda alguna nos hallamos ante un gabacho. Si en vez de atacar, o distraer, o cubrir, o curar, o hacer cualquiera de las cosas que se supone que se hacen en un juego cooperativo lo único que hace es empeñarse en saltar a las espaldas del monstruo, caerse y volver a intentarlo con catastrófico resultado… ahí tenemos a un orgulloso enfant de la Patrie.

Y nosotros, con cara de gilipollas.

Cochino profesional desde 1999 & Vinagre vocacional desde el Cámbrico.

5 comentarios

  1. Monster Hunter es mi franquicia pendiente, tengo unos cuantos por empezar pero me dan una inexplicable pereza. Incluso me bajé la demo del Rise de Switch, y después de echarle unos minutos pensé: "No está mal". Luego borré la demo y seguí con mi vida.

    Algo tienen que no acaban de hacerme tilín, pero seguiré intentándolo a ver si suena la flauta y me engancho.

    Supongo que es como empezar a fumar (tampoco me enganché), debe depender de un gen o algo.

  2. Excelente descripción de la mierda esa de los monster hunter casi se puede sentir el olor con leer la reseña . Yo soy otro mas que ha intentado con el 3 de Wii , el 4 de Nintendo 3ds y la demo del rise y no puedo con la japonesada esa , es cursi, adolescentoide, modita de repelentes , es casi un producto Disney con sello de crapcom

  3. ¡Se está generando una interesante conversación en nuestro casimuerto Discord sobre Monster Hunter y el grindeo!

    https://discord.gg/wtKKXNA

  4. La gracia de estos juegos colaborativos en línea debe irse a la mierda cuando cierran servidores. Aunque para ese entonces seguramente ya tengan una secuela en otra plataforma.

  5. jugue el MH de PSP y me fue mal ahora con el de PC me fue mejor, solo que no conocia el metodo frances de matar..poco online

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